Su presidente defiende que las empresas "ganan" siendo solidarias y su adhesión al Global Compact "refuerza" sus iniciativas de RSC
MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
"El empresario del futuro será una suerte de Bill Gates combinado con la Madre Teresa de Calcuta", señala el presidente del Pacto Mundial de Naciones Unidas en Perú, Diego de la Torre. A su juicio, la tendencia mundial es "ver a la responsabilidad social empresarial como una herramienta estratégica para lograr ventajas competitivas en mercados abiertos a la globalización".
En este sentido, apunta que, cada vez más, "tanto los consumidores como los inversores introducen en sus procesos de decisión variables intangibles referidas a si la empresa es una buena ciudadana corporativa".
"Más allá de que los productos tengan buena calidad y buen precio, los consumidores optan por apoyar con su compra a las empresas que tengan mayor impacto positivo en el Medio Ambiente y con su entorno social", lo que se llama "responsabilidad social de la demanda", indicó.
En Perú ya existen numerosas iniciativas locales que pretenden apoyar las políticas de RSC. Para aunar esfuerzos hasta el momento 84 empresas locales se han unido a los Diez Principios del Pacto Mundial, cuya Secretaría Técnica en Perú fue asumida por la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP) a comienzos de año.
"Se trata de una privatización de la lucha contra la pobreza porque hemos visto que las acciones de los Gobiernos y la cooperación internacional no son suficiente", explica De la Torre.
Como parte de esta labor la organización 'Perú 2021' viene realizando congresos de responsabilidad social corporativa y talleres de sensibilización dirigidos al sector empresarial, a fin de incorporar estos temas dentro de la estrategia empresarial.
"Existen 15 empresas de las 84 firmantes que están presentando balances sociales y Memorias de Sostenibilidad adicionales a sus reportes financieros", asegura.
El Pacto Mundial es un llamamiento de la ONU a todos las empresas del mundo a participar en la construcción de un marco social que apoye la liberalización de los mercados, a fin de garantizar que todos puedan compartir los beneficios de una economía globalizada.
