Actualizado 24/08/2006 15:58

RSC.- Suecia, preocupada por el daño ambiental que causaría el proyecto ruso-alemán de gasoducto bajo el mar Báltico


MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro sueco, Goran Persson, expresó hoy su preocupación por el posible daño al Medio Ambiente que a su juicio causará el proyecto ruso-alemán de construcción de un gasoducto bajo el mar Báltico. Persson señaló que el que se llamará 'Gasoducto Europeo del Norte' pondrá en riesgo el entorno marino por los residuos que generará, incluyendo posibles minas o material bélico que se encuentra en el fondo con riesgo de explosiones o desenterramiento de armas químicas.

"Cuando se construye una tubería tan grande sobre el subsuelo del mar, en este caso el Báltico, se remueve mucho sedimento en el interior, donde hay minas, venenos y otras cosas que han sido vertidas a lo largo de décadas", explicó Persson, según 'The Independent'.

Los responsables de este proyecto están dispuestos a imponer a este mar "mayores problemas y perturbaciones ambientales de los que ya sufre", agregó. También Greenpeace Rusia ha advertido de los peligros de instalar este proyecto en el fondo del mar, según ellos, 'plagado' de armas químicas procedentes de la Segunda Guerra Mundial y depositadas por la Unión Soviética.

"Algunas de estas armas químicas son el resultado de la corrosión del material del que estaban elaborados los cascos de los barcos hundidos, que conocemos dónde están", explicó un experto de la organización a este periódico. "Muchas otras, fueron directamente tiradas desde los barcos". Podría haber hasta 60.000 toneladas de armas químicas allí abajo", insistió este activista.

El gasoducto, que está previsto que tenga alrededor de 1.200 kilómetros de longuitud de tubería, comenzaría a funcionar en 2010, según la aprobación del proyecto, que tuvo lugar gracias a un acuerdo entre el líder ruso Vladimir Putin y su colega alemán de entonces, Gerhard Schroeder, "que ahora se sienta como miembro del Consejo de Administración de la compañía europea Gasificadora del Norte, Gazprom", opina Greenpeace.

Esta compañía ya suministra alrededor de un cuarto del total de las necesidades de energía de Europa, y posee el 51% de este gasoducto, junto a E.ON Alemania y BASF, que, poseen ambos el 24,5% restante.

El proyecto está valorado en 5.000 millones de euros. La tubería 'correrá' desde San Petersburgo a Greifswald en Alemania, por el fondo del mar Báltico. La ruta planeada también ha causado otro tipo de preocupaciones, más allá de las ambientales, y que son de tipo político ya que su recorrido evita los Estados que podrían tener relaciones problemáticas con Moscú, como Polonia, países del Báltico y Ucrania.

Varsovia y Lituania han hecho comentarios particularmente fuertes en contra de la ruta de este gasoducto. La Comisión Europea, por su parte, también se ha pronunciado de forma crítica sobre el proyecto ruso-alemán. En palabras del Comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, pronunciadas el pasado mes de mayo: "Nunca deberíamos encontrarnos en la situación en la que nos pone este gasoducto, donde un país miembro decide un proyecto que no es aceptable para otros, sin discutir sobre ello".