Afirma que el Ministerio de Fomento "no es una agencia de viajes" y dice que el departamento ha gastado 4,5 millones en transportar a los pasajeros afectados
MADRID, 28 Dic. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Fomento, José Blanco, afirmó hoy que su departamento abrió un expediente por seguridad a Air Comet el pasado 6 de noviembre, que finalmente cerró cuando la empresa comunicó que ya no iba a volar, y aseguró además que no ha hablado personalmente con el presidente de la aerolínea, Gerardo Díaz Ferrán, desde el cierre de la compañía.
En una entrevista a la Cadena Ser recogida por Europa Press, el titular de Fomento explicó que dicho expediente no se hizo público porque "se había pedido discreción, porque eso podía facilitar una hipotética venta de la empresa".
"La disposición del Ministerio de Fomento siempre ha sido ayudar, y finalmente cuando hubo el desenlace no nos hemos sentido correspondidos", dijo.
Blanco aseguró que no ha hablado personalmente con Díaz Ferrán desde el cierre de la compañía, aunque sí lo ha hecho, según dijo, con socios de la empresa, entre ellos con Gonzalo Pascual, el pasado 21 de diciembre. "Entendía que había la posibilidad de una solución ordenada para el cierre de la empresa", dijo Blanco.
Subrayó que la máxima preocupación del Ministerio han sido siempre las personas afectadas por el cierre de Air Comet "en unas fechas tan señaladas", y se comprometió a gestionar y canalizar de manera correcta las reclamaciones realizadas a través de embajadas y asociaciones de consumidores "para que estas personas queden recompensadas por una situación que les ha perjudicado notablemente".
El ministro expresó su agradecimiento a "todas las personas" que han colaborado en la ordenación de la situación e hizo mención especial a las aerolíneas que "han mostrado su disposición a cooperar con los dispositivos puestos en marcha en fechas muy complicadas" y que posteriormente han colaborado con la emisión de billetes a precios "más asequibles" para los afectados.
Además, detalló que han viajado "la gran mayoría" de las personas que tenían billete para estas fechas. Según datos facilitados por Air Comet, había unos 4.600 viajeros con billete, de los cuales han viajado cerca de 4.400 personas, en concreto 4.175 trasladados por Fomento más los pasajeros acoplados a otros vuelos.
De entre los cerca de 200 viajeros que no han viajado, Blanco explicó que algunos no reclamaron por no tener acceso a la información o bien "porque han desistido" de sus intenciones de volar. Además, hay otros pasajeros que pueden optar a reclamar ante sus embajadas o "acceder a billetes alternativos" más baratos, aclaró.
"EL MINISTERIO NO ES UNA AGENCIA DE VIAJES"
No obstante, Blanco reiteró que "hay que volver a la normalidad" y recordó que la aerolínea tiene billetes vendidos hasta finales del próximo año, una situación de la que no puede hacerse cargo el Ministerio de Fomento, porque "no es una aerolínea ni una agencia de viajes", y señaló que simplemente trató de dar una "respuesta rápida" a una "situación dramática".
Sobre la retirada de la licencia de la empresa en unas fechas tan señaladas, Blanco justificó la medida asegurando que una operación de este tipo no se puede realizar salvo por motivos de seguridad, y explicó que la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) venía haciendo "un control exhaustivo" de la compañía desde noviembre, cuando abrió un expediente a la aerolínea que podía tener como consecuencia la retirada de la licencia.
Blanco cuantificó el coste de traslado de los pasajeros afectados por el cierre de operaciones de Air Comet en 4,5 millones de euros, un dinero que el Ministerio "tratará de recuperar" porque los contribuyentes no tienen porqué pagar las consecuencias de la gestión empresarial. Además, "la propia empresa tendrá una sanción correspondiente por incumplimiento de sus obligaciones", aseguró.
Sobre la polémica existente en cuanto a que el presidente de Air Comet, Gerardo Díaz Ferrán, sea el presidente de la patronal empresarial CEOE, Blanco señaló que no es la intención de su departamento "interferir en quién debe representar a los empresarios españoles" ya que lo único que le preocupa es que se "pueda proyectar una imagen negativa de la empresa y los empresarios españoles", pero aseguró que serán ellos mismos "los que tengan que ratificar o tomar nuevas decisiones".
