Aprender a hablar en público para triunfar en los negocios

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EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 31 mayo 2017 9:58

MADRID, 31 May. (EDIZIONES) -

Saber hablar en público es una de las principales cualidades que debe tener todo aquel que se dedique a los negocios. Reuniones, encuentros com otros empresarios del sector o incluso intervenciones con la prensa pueden ser situaciones cotidianas cuando se acerca el éxito empresarial.

Antonio Fabregat, dos veces campeón del mundo en el campeonato universitario de oratoria en español y actual padrino del evento 'Jameson Sine Metu Stories', cuenta cuáles son para él los secretos fundamentales que ayudan a enfrentarse al reto:

1. PONERSE EN LA PIEL DE QUIEN ESCUCHA: Para Fabregat uno de los principales problemas de un discurso o la presentación de un proyecto es que el orador no tiene en cuenta al público, algo que para él provoca que quienes escuchan pierdan interés.

El experto recomienda ponerse en la piel del público y pensar: "si yo estuviera entre la gente que me va a escuchar, ¿qué tendría que pasar para que pensara que ha sido una buena intervención?".

2. GANAR LA ATENCIÓN DESDE UN PRINCIPIO:

El arranque de un discurso es esencial para mantener la atención de quienes escuchan. Según el bicampeón de oratoria es en este momento cuando la gente está más atenta al discursos, tanto que es frecuente que nada más empezar el cerebro de la audiencia se cree conclusiones como "esto va a ser un coñazo" o "va a ser interesante".

Por lo tanto, a la hora de redactar el discurso el arranque debe estar muy cuidado y sobre todo, enganchar al público.

3. CUANTO MÁS FÁCIL, MEJOR:

Cuanto más fácil sea de seguir un discurso menos probabilidades habrá de que el interlocutor se pierda. Para conseguir transmitir todas las ideas de manera adecuada es importante organizar el mensaje de forma sencilla y aplicar un principio básico: avanzar lo que se va a decir, decirlo, y resumir lo que se ha dicho.

4. CUENTA HISTORIAS Y PON EJEMPLOS:

Para el experto otro reto en las intervenciones es que el discurso no suene muy rimbombante, lejano o difícil de seguir. Para evitarlo, Fabregat recomienda "bajar las cosas a la tierra" y poner ejemplos para hacer visible lo que se está contando. Esto, que en comunicación se llama 'efecto Sherezade' no es más que tratar de mostrar ejemplos para que el público se sienta identificado y pueda empatizar.