El Banco de España admite que erró en su hoja de ruta para la banca

Guillem López Casasnovas, Catedrático De Economía De La UPF
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 25 mayo 2012 1:26


TERRASSA (BARCELONA), 24 May. (EUROPA PRESS) -

El miembro del Consejo de Administración del Banco de España Guillem López Casasnovas ha reconocido que la hoja de ruta para el sector financiero prevista por la institución no ha funcionado, y se ha mostrado contrario a sanear bancos con dinero público.

"No separar a tiempo la manzana podrida de las sanas ha acabado perjudicando al conjunto de manzanas", ha afirmado el consejero durante el debate organizado por 'Nació Digital' este jueves en Terrassa (Barcelona), que ha contado también con el presidente de Cecot, Antoni Abad.

López Casasnovas ha admitido que el proceso de fusiones de cajas y su bancarización lejos de oxigenar la economía y el sistema ha acabado perjudicándolo, aunque, a pesar de discrepar con algunas de las decisiones del Banco de España, ha elogiado el modelo "ejemplar" de aprovisionamiento de entidades financieras.

Por ello, el también asesor del Consell Assessor per a la Reactivació Econòmica i el Creixement (CAREC) ha abogado por buscar fórmulas para desbancarizar algunos sectores productivos con el objetivo de redefinir una economía muy bancarizada.

"El burro era el que ahorraba", ha lamentado López Casasnovas, que ha advertido que la regulación española prima el endeudamiento y el reparto de dividendos y castiga el ahorro, lo que conviene a muchas grandes empresas.

Una visión compartida por el presidente de Cecot, Antoni Abad, quien ha lamentado la "barra libre" de créditos que durante años ha sustentado la economía española.

"Rajoy sólo está pendiente de soluciones artificiales para los mercados", ha afirmado Abad, quien ha abogado por una mezcla de equilibrio presupuestario y estímulos económicos.

En este sentido, López Casasnovas se ha mostrado partidario de una bajada selectiva de las cotizaciones a la vez que un incremento del IVA, del cual ha dicho sospechar que no ejecuta el gobierno español para no perjudicar a las grandes empresas españolas que sobreviven del consumo interno.

Ambos ponentes han criticado la falta de sensibilidad española hacia las empresas catalanas, lo acaba siendo un "lastre".