El BCE detallará su estrategia para comprar bonos el 6 de septiembre

Actualizado: lunes, 27 agosto 2012 19:35


HAMBURGO (ALEMANIA), 27 Ago. (EUROPA PRESS) -

Jörg Asmussen, uno de los dos representantes de Alemania en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), ha asegurado este lunes que la institución prepara de cara a su reunión del próximo 6 de septiembre los detalles del nuevo plan de intervención de la institución en los mercados para garantizar la sostenibilidad de la deuda de los países de la eurozona, aunque subrayó que este programa respetaría el mandato del BCE, a pesar de las reservas planteadas al respecto por el Bundesbank.

"El BCE está trabajando en los detalles técnicos y operativos del nuevo plan de cara a su próxima reunión", indicó Asmussen en un discurso pronunciado en Hamburgo, donde defendió la idea de que el instituto emisor de la eurozona actúe en los mercados secundarios de deuda, en paralelo a los mecanismos de rescate, que comprarían bonos en el mercado primario.

"Bajo el marco de este nuevo programa, el BCE únicamente compraría bonos de vencimientos a corto plazo", señaló el exviceministro de Finanzas alemán, quien, quizá para calmar los ánimos en la sede del Bundesbank, subrayó que "el BCE actuará dentro de su mandato", garantizando que estas compras de bonos no equivalen a financiar a países, algo sobre lo que Jens Weidmann, presidente del banco central alemán ha expresado en varias ocasiones su oposición.

"El Consejo de Gobierno tratará todos estos aspectos del programa en la reunión que mantendrá dentro de unos días (...) Toda la discusión se guía bajo el principio de evitar cualquier preocupación respecto a la financiación de los estados. Sólo actuaremos en el seno de nuestro mandato", aseguró Asmussen.

En este sentido, el consejero alemán del BCE, uno de los seis miembros del Comité Ejecutivo de la entidad, advirtió de que Europa se encuentra en una "encrucijada" y debe elegir entre completar la integración de la eurozona o una Europa descentralizada, que suponga el desmantelamiento de la unión monetaria y de parte significativa del mercado interno.

"Ambos caminos son posibles y pueden llevar a un equilibrio estable, pero el balance de la desintegración implica, sin embargo, un nivel mucho menor de prosperidad. Por esta razón creo que no deberíamos retrasar el reloj", indicó.