BRUSELAS, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha dado este viernes su visto bueno a Alstom para que formalice la compra del negocio de trenes de Bombardier, aunque la operación está sujeta al cumplimiento de una serie de condiciones por parte del grupo francés de infraestructuras y transporte, ha informado la institución en un comunicado.
En particular, Bruselas había detectado que la operación notificada originalmente habría ocasionado problemas "graves" sobre la competencia en áreas como la producción de material rodante para los trenes interurbanos y de muy alta velocidad y en el sector de la señalización ferroviaria.
"Gracias a los amplios compromisos ofrecidos para resolver los problemas sobre la competencia en las áreas de la muy alta velocidad, los trenes interurbanos y de señalización, la Comisión ha podido revisar rápidamente y aprobar la transacción", ha resumido la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia, Margrethe Vestager.
Para resolver las dudas de las autoridades europeas, Alstom ofreció la venta de una serie de activos de Bombardier, de planta su planta de producción en Reichshoffen (Francia) y la fábrica que la firma canadiense tiene en Hennigsdorf (Alemania).
También se ha comprometido a suministrar a su rivales en el sector de la señalización de unidades de a bordo (OBU) heredadas, así como la información y asistencia necesarias para garantizar su compatibilidad. Otra promesa es suministrar unidades de a bordo heredadas al gestor de infraestructuras holandés, ProRail, en favor de todos los operadores interesados.
El Ejecutivo comunitario ha destacado que estos compromisos resuelven todas las preocupaciones identificadas por los servicios europeos de Competencia. Además, ha subrayado que las promesas fueron "significativamente mejoradas" por los comentarios aportados por otros actores de mercado.
"En consecuencia, la Comisión ha concluido que la transacción propuesta, modificada en virtud de estos compromisos, no provocaría problemas sobre la competencia", ha concluido Bruselas, que sin embargo ha enfatizado que su visto bueno depende del cumplimiento "completo" de las modificaciones prometidas.
