Economía/(Ampliación).- Un tribunal ruso declara en bancarrota a Yukos, con lo que comenzará el proceso de liquidación

Actualizado: martes, 1 agosto 2006 20:23

El abogado de la compañía califica el dictamen de "sentencia de muerte"

MOSCU, 1 Ago. (EP/AP) -

Un tribunal ruso ha declarado en bancarrota al grupo energético Yukos, fundado por Mijail Jodorkovski, lo que permitirá a los acreedores iniciar el proceso de liquidación del que fuera el mayor productor ruso de petróleo y dejará a Gazprom y a Rosneft en excelente posición para hacerse con activos.

"Es la sentencia de muerte de la compañía", aseguró el abogado de Yukos Drew Holliner tras conocer el dictamen, que se produce apenas una semana después de que los acreedores solicitaran la bancarrota y que desestima el argumento de la defensa, según la cual Yukos sería capaz de subsistir como entidad y subsanar las deudas contraídas.

Con esta sentencia, emitida por el juez Pavel Markov, del Tribunal de Arbitraje, concluye un controvertido proceso de tres años que incluyó el encarcelamiento de Jodorkovski en Siberia por evasión fiscal y la venta de la mayor unidad de producción del grupo por un precio muy inferior a su valor real.

El hasta ahora supervisor del proceso de bancarrota del grupo, Eduard Rebgun, ha sido designado por los tribunales encargado de la liquidación, una tarea por la que ya había mostrado interés antes de que se conociera la sentencia.

Rebgun ya ha descrito el proceso de liquidación del grupo, destinado según dijo a obtener el mayor efectivo posible. En un primer momento, los acreedores de Yukos deberán aprobar la venta de activos. Más tarde, un auditor establecerá su precio, tras lo que se pondrán en venta en un proceso abierto.

Como liquidador, Rebgun recibirá una salario mensual de cerca de 9 millones de rublos (266.000 euros), del que buena parte irá destinado a asegurar los riesgos a los que se verá sometido por asumir esta responsabilidad, señaló.

GRANDES BENEFICIADOS.

Los analistas piensan que la compañía que cuenta con el monopolio del sector del gas, Gazprom, y la estatal Rosneft, que compró en 2004 la unidad de Yukos Yuganskneftegaz, serán las más beneficiadas con la venta de los activos del grupo energético.

Rosneft es en la actualidad el segundo mayor acreedore de Yukos, sólo por detrás de los servicios fiscales federales, y su posición puede ganar fuerza si el próximo 10 de agosto un tribunal admite una deuda adicional de otros 6.000 millones de euros.

Para Holliner, precisamente la circunstancia de que las autoridades federales y la estatal Rosneft sean los mayores acreedores hacen que la sentencia del tribunal sea "poco sorprendente". Rosneft se beneficiará de un acceso privilegiado a unos activos con capacidad para producir 600.000 barriles al día y a las filiales Samaraneftegaz y Tomskneft.

Rosneft se ha convertido tras la compra de Yuganskneftegaz en el tercer mayor productor de crudo de Rusia y cuenta con un tratamiento por parte de las autoridades de principal petrolera del país, a la altura compañías de la talla de Exxon Mobil o la saudí Aramco. Mientras, Gazprom no oculta que está interesado en comprar activos de Yukos, incluida su filial de producción Tomskneft.

La actual producción de Yukos ronda los 450.000 barriles diarios, y la compañía apenas invierte en nuevos proyectos, ya que se encuentra volcada en intentar aliviar el pago de impuestos y su fuerte deuda. Mientras, Rosneft produce cerca de 1,6 millones de barriles diarios, de los que cerca de un millón proceden de Yuganskneftegaz.

RAMIFICACIONES POLÍTICAS.

Al margen de la importancia de la quiebra de Yukos para el nuevo panorama energético ruso, su desaparición supone una victoria para el presidente ruso Vladimir Putin, que llegó a temer por las apiraciones políticas de Jodorkovski y que ahora cuenta con un sector energético a su medida.

Para llegar a la situación actual, el Gobierno ruso tuvo que incumplir una promesa. El propio Putin había asegurado que el Estado no tenía ningún interés por provocar la quiebra de Yukos y que, frente al criterio del grupo de acreedores internacionale que pidió a comienzos de año la bancarrota, Rosneft compraría 500 millones de dólares (392 millones de euros) de deuda.

Desde algunos sectores, la desaparición de Yukos formó parte de una campaña para evitar que Jodorkovski hiciera carrera política y para garantizar el control por parte del Gobierno de los principales grupos energéticos del país.

Esta interpretación contrasta con la ofrecida por el Gobierno ruso, que presentó el procesamiento de Jodorkovski como una victoria en la lucha contra el fraude y una muestra del poder de la Justicia, además de un gesto de firmeza con las fortunas amasadas tras las caída de la Unión Soviética por varios magnates.

El Gobierno ruso había dejado el asunto en manos de los tribunales, que contaban desde la semana pasada con un apoyo expreso de los acreedores a una recomendación de Rebgun en la que sostenía que las deudas de Yukos superan sus activos y que el proceso de liquidación de la compañía debía comenzar.

La directiva de Yukos hizo varios intentos por remontar la situación, como trasladar la sede a Londres o reunir el apoyo de los accionistas para sacar a flote el negocio, pero en los últimos tiempos tuvo que vérselas con divisiones e incluso con revueltas internas.

El jueves pasado, el presidente del consejo de administración de Yukos, Viktor Gerashchenko, alcanzó un acuerdo de última hora con los inversores para subsanar parte de la deuda. En todo caso, cualquier acuerdo hubiera debido ser aprobado por Rebgun y los acreedores, lo que parecía improbable.

Poco antes de que se conociera la sentencia, Rebgun defendió la conveniencia de una bancarrota. "El tribunal cuenta con mi análisis y conoce la opinión de los acreedores", explicó este supervisor, designado por los tribunales. "No se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con esto", añadió.