BRUSELAS, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, afirmó hoy que es necesario "analizar" los efectos de la eventual creación de un certificado europeo de calidad, aunque constató también que esta idea provoca "escepticismo" en muchas de las partes implicadas.
"Un sistema de etiquetado europeo o un logo europeo podría transmitir de manera más eficaz el mensaje sobre la calidad de los productos alimentarios en la UE", dijo, aunque al mismo tiempo admitió que "me hago muchas preguntas sobre este asunto y sé que muchas partes interesadas son escépticas".
Fischer Boel hizo esta afirmación durante la clausura de la conferencia titulada "Certificación de Calidad de Alimentos. Valor añadido a los productos agrícolas" que organizó la Comisión y a la que asistieron durante dos días representantes del sector.
Ante ellos, la comisaria afirmó que "las producciones de calidad son una prioridad para la Comisión, que ve en ellas la manera de asegurar el futuro de la agricultura europea y la promoción del desarrollo rural".
En este sentido, subrayó la importancia del etiquetado que denota calidades específicas, que son "un útil de promoción de la calidad", siempre, añadió, que "sepamos bien lo que representan". Por eso afirmó que todos los ciudadanos deben conocer su significado.
La comisaria aseveró que las reglas que aplica la UE tanto a sus propios productos como a los que importa se encuentran entre "las más estrictas del mundo". Esto "cuesta caro" y en ocasiones suscita la queja de los productores por los costes y también por el hecho de que productos importados pueden ser más baratos al no tener que ceñirse a estas condiciones.
Fischer Boel se mostró consciente de estas preocupaciones, pero también se refirió a la obligación que tienen todos los productores y certificados de respetar las normas del mercado común de la UE, de manera que las normas den cabida también a productores de países terceros y que en ningún caso puedan suponer una obstrucción para la libre circulación.
