MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
Deloitte ha retirado, tras dos años de salvedades, sus reticencias a la auditoría de las cuentas de Enagás, después de que la Comisión Nacional de la Energía (CNE) diera la razón al gestor técnico del sistema en buena parte de sus argumentos y dejara de reclamarle 29 de los 31 millones de euros de la liquidación de sus cuentas de 2002.
"Esta salvedad por incertidumbre ha desaparecido a 31 de diciembre de 2007", indica Deloitte en la auditoría, en la que además recoge la disposición de Enagás a repartir 142 de los 235 millones del beneficio del ejercicio pasado en dividendos, con lo que el 'pay out' se situará en torno al 60%.
El desencuentro entre la compañía y el regulador se remonta a 2002. En aquel momento, la CNE rechazó la liquidación provisional de las cuentas de Enagás de ese año, al entender que quedaba pendiente la liquidación de 31 millones, tras lo que el gestor gasista presentó un recurso de alzada ante el Ministerio de Industria.
En julio de 2007, Industria consideró que la reclamación de la CNE había prescrito, pero el regulador retomó el análisis en virtud de su capacidad para proceder a liquidaciones, y dictaminó finalmente que, de los 31 millones, Enagás había justificado adecuadamente su negativa a pagar 29 millones.
Por otro lado, en la auditoría queda patente la intención de la compañía presidida por Antonio Llardén de elevar del 52% al 60% el 'pay out'. A finales de diciembre, el consejo de administración decidió repartir un dividendo a cuenta del resultado de 2007 de 0,24 euros brutos por acción, o 57 millones de euros, lo que supone un incremento del 26,3% con respecto a la retribución de 2006.
También en la auditoría de Enagás aparece desglosada la retribución del consejo de administración de la compañía. El presidente recibió durante el ejercicio 936.000 euros, mientras que su antecesor, Antonio González Adalid, que ejerció el cargo hasta el 24 de enero de 2007, recibiró 84.000 euros el año pasado.
