Economía/Empresas.- El 60% de las empresas españolas apuestan por el 2010 como el año de la recuperación

Actualizado: miércoles, 3 junio 2009 15:21

MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

El 60% de las empresas españolas apuestan por el 2010 como el año de la recuperación económica y el 24% de ellas considera que la situación no mejorará hasta 2011, según un estudio elaborado por KPMG entre unos 850 altos directivos de 29 países.

El 64% de los directivos planea realizar nuevas inversiones en sus negocios en 2009 y 2010, financiadas principalmente con fondos propios, y el 16% pide más presión a los bancos para que aumenten los préstamos. El 52% de los encuestados afirma que su estrategia de negocio cambiará en el próximo año.

El 12% de los empresarios piensan que el Gobierno debería bajar los impuestos. El 24% de los encuestados apuesta por reducir el Impuesto sobre Sociedades, el 16% se inclina por una bajada del IVA y el 8% piensa que debería ser el IRPF.

En cuanto a la reducción de costes por la crisis, el 76% de las empresas españolas prevé bajarlos en las cadenas de suministros y mediante la optimización de los procesos de negocio. El 24% ven en la creación de centros de servicios compartidos una forma de reducir costes.

En el mundo, el 50% de los directivos encuestados apuestan por el 2010 como fecha de recuperación económica, el 24% afirma que será en 2011, y el 7% fija al salida de la crisis en 2012.

Casi el 90% de las empresas de Japón y el 84% de las de Singapur tienen previsto realizar cambios radicales en su estrategia de negocio durante la próxima década. En India esta cifra alcanza el 72% y en China el 66%.

En Europa, el mayor porcentaje se encuentra en Irlanda, donde el 63% de los empresarios prevé realizar cambios, seguida del Reino Unido con un 42%, Hungría con un 30% y Bélgica con un 25%.

Según concluye el estudio de KPMG, las empresas de Asia-Pacífico están utilizando la recesión global como una oportunidad para realizar cambios sustanciales en su estrategia de negocio, mientras que las compañías europeas continúan indecisas sobre cómo responder a la recesión.