BRUSELAS, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea confirmó hoy que, el pasado 11 de octubre, funcionarios del Ejecutivo comunitario llevaron a cabo inspecciones por sorpresa en las sedes de varios fabricantes alemanes de chips de memoria, en concreto memorias de acceso aleatorio y estático (SRAM, según sus siglas en inglés).
La razón alegada por Bruselas es que tiene razones para creer que las compañías investigadas pueden haber violado el Artículo 81 del Tratado, que prohibe expresamente prácticas como la de pactar precios. Los funcionarios de la Comisión estuvieron acompañados por sus homólogos alemanes de la Autoridad de la Competencia.
Este tipo de inspecciones son el paso preliminar en las investigaciones sobre casos sospechosos de creación de cárteles, pero el hecho de que realicen no significa que las compañías sean culpables de conductas anticompetitivas, de manera que no prejuzga el resultado de la propia investigación.
La Comisión Europea respeta el derecho a la defensa, en particular el que tienen las compañías para hacer valer sus argumentos en los procedimientos antitrust.
Tampoco hay una fecha límite estricta para finalizar la investigación y su duración depende de numerosos factores, entre ellos la complejidad de cada caso, el grado de cooperación de las empresas afectadas y el ejercicio que puedan hacer de sus derechos de defensa.
