Economía/Empresas.- El presidente ejecutivo de GE destaca la importancia de innovar para mantener el éxito de España

Actualizado: jueves, 26 enero 2006 19:58

La compañía prevé aumentar un 15% su beneficio en 2006

MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presidente ejecutivo de General Electric (GE), Jeffrey Immelt, destacó hoy en Madrid la importancia de la educación y la innovación como fórmula para mantener el éxito de España y advirtió de que el mayor riesgo al que se enfrentan las grandes compañías en la era de la globalización es el miedo al cambio.

"No he visto ningún país cambiar tanto como España en los últimos veinticinco años", aseguró Immelt en un almuerzo con líderes empresariales, ante los que reiteró la diposición de GE a "realizar nuevas inversiones tecnológicas" en el país, como las ya emprendidas en Cartagena.

No obstante, advirtió de que es necesario "trabajar cada vez más sobre bases globales" y de que el trabajo que GE desarrolla en España es "para el país y para la globalización". En este sentido, incidió en la necesidad de que exista un compromiso del Gobierno y de las empresas con la educación y la innovación para proyectar el "éxito" de los últimos años hacia el futuro.

"Tenemos que centrarnos en la educación y en la innovación técnica" a través de la creación de un entorno "fiscal y legal" adecuado que la fomente, afirmó Immel, que recordó que gobiernos como el de Estados Unidos son algunos de los principales estimuladores del desarrollo tecnológico.

Aún así, advirtió que el interés por la formación de profesionales cualificados parace haber descendido en los países occidentales, a la vista de que mientras sólo el 4% de los universitarios de Estados Unidos estudia ingenierías, este porcentaje se eleva al 30% en países como India o China.

GE emplea a alrededor de 320.000 personas en todos los continentes, factura al año unos 170.000 millones de dólares (140.000 millones de euros) y su capitalización bursátil equivale al del 60% de todos los valores que cotizan en el Ibex 35. Para 2006, espera mejorar un 10% sus ingresos, hasta 75.000 millones de dólares (62.500 millones de euros), y un 15% su beneficio.

RIESGOS Y RECETAS.

Para Immel, las compañías actuales deben tener un "profundo compromiso con el cambio", la impresión de que "el futuro empieza mañana" y, en definitiva, la capacidad de "reinventar y no tener miedo". "No pensemos en el éxito de los cuarenta años anteriores, sino en el de los veinte siguientes", aseguró antes de destacar del carácter de la "mayoría" de los españoles "su idea de que el futuro será mejor que el pasado".

En el actual contexto de "miedos y oportunidades", los líderes empresariales deben estar "con la cabeza entre los hombros" y no descuidar aspectos geopolíticos, sociales y ecológicos. En concreto, la fórmula de GE combina tecnología, acercamiento al cliente e innovación, así como inversiones estratégicas en países emergentes como China, la India, Dubai o Arabia Saudí.

La primera de estas "piezas claves para el crecimiento" pasa por una fuerte inversión en tecnología, de hasta 40.000 millones de dólares (33.000 millones de euros) al año, con especial atención en la "eficiencia energética", la reducción de costes y la colaboración con distintos gobiernos.

"En GE nadie perderá un empleo si mantenemos los clientes", afirmó Immel en alusión al segundo aspecto, el de la necesidad de mantener y mejorar los procesos de acercamiento a los clientes. Sobre el tercer aspecto, GE cuenta con cerca de un centenar de proyectos innovadores en marcha, fundamentalmente en las áreas de generación de energía limpia, sistemas de mejora de aprovechamiento energético y la electromedicina.

Por último, apeló a la necesidad de "luchar duro" ante retos como la expansión en Asia. "GE quiere ser parte de todo esto", aseguró al describir la importancia singular de China como país de fuerte crecimiento y de mercados emergentes.

Immelt, que inició su carrera en GE en 1982, fue elegido presidente ejecutivo de la compañía dos días antes de los atentados del 11-S. Esta circunstancia y la responsabilidad de sustituir al mítico presidente John Welch en una compañía con 126 años de historia, convierten el mandato de Immelt en todo un reto en un momento especialmente crucial para la compañía.