LISBOA, 27 Ago. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -
La junta general del Banco Comercial Portugués (BCP), participado por el Sabadell, terminó hoy sin definir un ganador en la guerra que enfrenta al presidente del banco con su fundador. Las propuestas que tenían que ser votadas en la junta de hoy fueron todas retiradas y en una hora la reunión de los accionistas había terminado.
"Están cerrados todos los puntos del orden del día. No hay propuestas en este momento y no hay nada que someter a votación", anunció el presidente de la asamblea general, Germano Marques da Silva, 45 minutos después de que ésta se reanudase hoy, tras ser suspendida el pasado 6 de agosto.
La retirada de las propuestas fue justificada por los asistentes por el "ambiente positivo" que se logró en el proceso de negociación anterior a la junta. Aunque no todos estaban de acuerdo con este punto de vista.
El fundador del BCP, Jardim Gonsalves, afirmó en su discurso final que "el banco no puede desperdiciar tiempo y energía" y consideró que la asamblea general fue "un perjuicio" para la entidad, que debe concentrar su energía en el proyecto Millenium. "El Consejo General y de Supervisión consideró desde el primer momento que la asamblea general era inoportuna y no servía a los intereses del banco", reiteró.
Para Jardim, la retirada de las propuestas "es un intento de los autores de las mismas de no responsabilizarse de ellas, incluyendo la destitución de administradores, que afectan a la imagen y al objetivo de creación de valor para el banco", insistió el fundador del mayor banco privado de Portugal, que pidió a los órganos sociales "concentración y lealtad".
Por otro lado, el presidente del BCP, Paulo Teixeira Pinto, pidió formalmente disculpas "por la forma en que discurrió esta reunión". El presidente del Consejo de administración retiró la propuesta más polémica de todas, la ampliación del consejo general y de supervisión, aunque aseguró que lo hizo "porque no fue posible votar la elección de cuatro administradores" y él no quería sólo una discusión en abstracto; quería que fuesen votados por elección, algo que el presidente de la junta consideró que no debería ser.
La guerra en el BCP comenzó tras el fracasó en mayo de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) lanzada sobre el Banco Portugués de Inversión (BPI), del que es accionista La Caixa.
