Economía/Energía- Clos defiende la "relevancia estratégica" del carbón y advierte del alto coste de las nuevas nucleares

Actualizado: lunes, 25 junio 2007 15:44

Industria y REE coinciden en la necesidad de trasladar a los precios el coste real de la energía


MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Industria, Joan Clos, destacó hoy en Madrid la "relevancia estratégica" del carbón como fuente de energía y advirtió de que resulta "precipitado" construir centrales nucleares de tercera y cuarta generación, dado su alto coste.

Durante la primera conferencia empresarial UE-EEUU sobre Energía y Tecnología, el ministro consideró que "hay un consenso muy claro sobre la insostenibilidad" del modelo energético actual a nivel global y apeló a la necesidad que se produzca "un cambio de paradigma".

En este sentido, aludió a la "importancia estratégica" del carbón en los próximos años, dadas las importantes reservas en Estados Unidos, Europa y China, pero advirtió de que el desarrollo de esta fuente energética depende de "un avance claro" en el del secuestro y captura de sus emisiones de dióxido de carbono para evitar que las emisiones se viertan en la atmósfera.

Se trata de una "fuente importante con un potencial inmenso de regeneración y una distribución geográfica equilibrada", explicó. Además, su coste de producción podría oscilar entre 10 y 20 céntimos el kilovatio (KW), por debajo de fuentes como la biomasa, la solar térmica o la fotovoltaica.

Sobre las centrales nucleares, señaló que la actuales tienen entre treinta y cuarenta años, y que no contemplan una "verdadera internalización" de los costes medioambientales, por lo que "hace falta desarrollar una nueva estrategia nuclear".

La actual generación de centrales es la segunda y, para el ministro, resulta "impensable" que pueda generalizarse, de modo que "se está investigando en la tercera y la cuarta". "El problema es que aún no sabemos a qué coste sale", advirtió.

"Hasta que no se resuelva esta cuestión básica es bastante precipitado apasionarse demasiado", añadió Clos, quien puso como ejemplo el alto coste de la central de última generación que se está construyendo en Finlandia. El poyecto aún no ha sido desarrollado y, según dijo, ya supera el coste previsto.

En todo caso, el ministro consideró que la nuclear "puede ser útil" en el futuro, e incidió en la necesidad de que redoblen los esfuerzos en eficiencia energética. En este sentido, recordó la decisión del Gobierno de situar el aire acondicionado en 24 grados para ahorrar energía.

Durante el mismo acto, el secretario de Estado de Energía, Ignasi Nieto, también consideró "muy importante" el desarrollo del carbón limpio. "Tenemos que conseguir que las tecnologías de secuestro de carbón sean viables en unos años", añadió antes de recordar la magnitud de las reservas chinas de este combustible.

TRASLADAR EL COSTE REAL.

Nieto y el presidente de Red Eléctrica de España (REE), Luis Atienza, coincidieron en la necesidad de trasladar el coste real de la energía al precio final. Para Nieto, "una vez definido el nuevo marco de actuación, lo más eficiente es liberalizar y que los precios reflejen los costes".

El secretario de Estado defendió que el consumidor "reciba una señal adecuada" sobre costes y precios, como es propio de un mercado sin tarifas, y advirtió que "el mercado no ha sabido incorporar el valor de las emisiones de dióxido de carbono".

Mientras en el sector del gas se ha realizado una liberalización casi total, en el de la electricidad apenas llega al 25%. Nieto explicó que el objetivo del Gobierno es alcanzar el 50% antes del final de la legislatura.

Por su parte, Atienza coincidió en "la necesidad de que los precios reflejen los costes", e ilustró con un ejemplo la complejidad de conjugar algunas energías renovables con el actual nivel de precios: "Que la energía fotovoltaica pase de cerca del 0% al 3% implicaría aumentar la tarifa eléctrica un 15%".

Además, el presidente del gestor técnico de la red eléctrica lamentó la dependencia energética de España y la falta de capacidad de la UE para imponer una política común que incluya interconexiones como la de la Península con Francia.