BRUSELAS, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea presentó hoy una nueva estrategia para la gestión de los asuntos marítimos y cuyo objetivo es una mejor coordinación de las políticas comunitarias y de terceros países que afectan al mar Mediterráneo para buscar soluciones comunes a cuestiones medioambientales, energéticas o de seguridad marítima.
El comisario de Pesca y Asuntos Marítimos, Joe Borg, subrayó que la unión Europea debe "esforzarse" por una política marítima "más integrada y abierta" que se fragüe "no sólo en su seno, sino también en colaboración con todos nuestros vecinos".
Los diferentes procedimientos de decisión en la cuenca del Mediterráneo plantean con frecuencia problemas entre las administraciones o sectores implicados, por lo que, a juicio del comisario, una proceso "más integrado" sólo aportará efectos "positivos".
Los países del Mediterráneo son un importante destino turístico que recibe cada año la visita de millones de personas, y el desarrollo de nuevas infraestructuras para satisfacer la demanda puede ser una amenaza para la sostenibilidad de este mar.
También preocupa a la Comisión el impacto medioambiental del tráfico marítimo, incluido el transporte de petróleo, entre los tres continentes (África, Europa y Asia) que lindan con el Mediterráneo. Los efectos del exceso de pesca o el uso de prácticas agresivas también han mermado las poblaciones pesqueras de la región.
Por todo ello, Bruselas sostiene que la UE tiene un "importante papel" que jugar y ser un facilitador del "diálogo y cooperación" entre los países ribereños. La UE debería contribuir al desarrollo de una gestión "integrada e intersectorial" entre los países vecinos y fomentar las buenas prácticas.
Borg insistió en que "la garantía de un futuro seguro y sostenible para las industrias marítimas y la protección del medio marino en la zona del Mediterráneo dependerán de nuestra capacidad de mejorar la gobernanza marítima en todos sus aspectos", añadió.
La propuesta de la Comisión se refiere a las dificultades de resolver un problema, por ejemplo, de carácter medioambiental o energético, cuando para abordarlo entran en juego distintas autoridades nacionales o implica a distintos sectores.
En este sentido, llama a un compromiso de la cuenca del Mediterráneo para "definir las prioridades" de la gestión marítima y a que las partes interesadas buscan el modo de actuar con "mayor colaboración".
Bruselas también anima al intercambio de buenas prácticas entre los Estados miembros y contempla la posibilidad de hacerlo mediante fondos comunitarios para la cooperación territorial.
Otra de las acciones propuestas dentro de la nueva estrategia es crear un grupo de trabajo sobre política marítima integrada que refuerce el diálogo de la UE con los países extracomunitarios.
El mar Mediterráneo cuenta con 45.000 kilómetros de costa y 150 millones de habitantes además de ser una ruta estratégica para el comercio internacional (representa el 30% del volumen total) y soporta el tránsito del 25% del transporte marítimo de petróleo. También es un importante recurso de pesca y el 46% de la flota comunitaria faena en sus aguas.
