Caruana y Trichet señalan la necesidad de afrontar reformas estructurales para hacer frente a los retos de la economía
MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, abogó hoy por que el impacto del precio del petróleo no sea contrarrestado con políticas de demanda expansivas o restrictivas, y pidió a los bancos centrales que vigilen que "ningún sector económico trate de reducir el impacto negativo de estas subidas, distorsionando en su provecho los precios relativos y generando más inflación para el conjunto de la sociedad".
Zapatero hizo estas declaraciones durante una cena institucional con motivo de la celebración por segunda vez en España del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), donde también estuvieron presentes el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, y el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana.
El presidente del Ejecutivo aseguró estar "convencido de que en esta discusión sobre la influencia que ejercen las diferentes fuentes de incertidumbre en la economía europea, el Banco Central Europeo tomará las decisiones más adecuadas, con el propósito de garantizar la estabilidad de los precios en el conjunto de la zona euro, sin menoscabo del crecimiento y el empleo".
Además, alertó de que un encarecimiento del precio del petróleo, por ser choque de oferta para los países desarrollados, implica una subida transitoria de precios, pero también un empobrecimiento para el conjunto de la sociedad. Zapatero también enumeró algunos factores que la economía debe afrontar, como los persistentes desajustes entre ahorro e inversión de las distintas zonas del mundo o las asimetrías en la posición cíclica de los países europeos.
No obstante, quiso dejar claro que España disfruta actualmente de uno de los mayores crecimientos de las economías europeas, acompañado de una intensa creación de empleo. "La expansión de nuestra economía es fruto de un significativo aumento en su potencial de crecimiento, alentado por dos circunstancias, que son la decidida incorporación de la mujer al mercado de trabajo y la intensa entrada de la mano de obra extranjera", dijo.
El presidente del Ejecutivo incidió en que en este entorno positivo hay que trabajar en dos retos, que son "mejorar el 'gap' entre el ahorro nacional e inversiones y la tasa de inflación, que sigue siendo excesiva", aunque sostuvo que en cualquier caso es la misma que la del año 2000, cuando el petróleo costaba 28 dólares el barril.
Por su parte, Caruana indicó que el tiempo transcurrido desde que se iniciara la Unión Monetaria "da ahora la perspectiva de la experiencia acumulada, donde el euro ha supuesto beneficios tangibles en términos de ahorro de costes de transacción para los ciudadanos, eliminando el riesgo cambiario dentro del área y facilitando la integración de mercados, contribuyendo así a un entorno de estabilidad económica y monetaria".
Además, destacó que el BCE ha alcanzado en escaso espacio de tiempo una elevada credibilidad, aunque en su opinión, "es un hecho claro que la economía europea no ha logrado repetir cifras de crecimiento próximas a las observadas en 2000, y ha atravesado episodios de debilidad, lo que ha puesto de manifiesto las deficiencias estructurales que lastran la actividad y el empleo".
Caruana sostuvo que se ha constatado que, a pesar de los efectos positivos que sobre la prosperidad económica tiene el ejercicio de una política monetaria inequívoca orientada a la estabilidad de precios, "la plena efectividad de su contribución requiere una agenda reformadora ambiciosa en otros ámbitos de la política económica".
RIESGOS PARA LA CONTINUIDAD DE LA ECONOMIA.
Respecto a la economía española, Caruana señaló que ha logrado en los últimos años mantener e incluso intensificar su ritmo de expansión al beneficiarse de flujos migratorios notables que han potenciado el impacto expansivo de los reducidos costes de financiación. No obstante, advirtió que "se ha detectado la presencia de algunos desequilibrios, que aunque compatibles con el dinamismo de la economía, generan algunos riesgos para su continuidad futura y, por lo tanto, concentran la atención de las autoridades económicas nacionales en el momento actual".
Por último, Trichet destacó que el Banco Central Europeo "puede contribuir a la estabilidad, pero los límites de velocidad están en manos de quienes hacen las políticas económicas". Además, subrayó que hay muchos retos para Europa, como la ciencia y la tecnología, el envejecimiento de la población y la globalización.
No obstante, indicó que estos retos son también oportunidades, donde es necesario llevar a cabo un conjunto de reformas estructurales. "Si no se llevan a cabo reformas estructurales estos retos pueden desembocar en problemas de gran envergadura", sentenció.
