Con el nuevo aparcamiento el aeropuerto contaba con 21.800 plazas, frente a las 9.050 existentes antes de la ampliación
MADRID, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
La nueva Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas fue inaugurada el pasado mes de febrero y requirió una inversión estimada de aproximadamente 6.200 millones de euros, según estimaciones de AENA. El ente público adjudicó a Iberia en esta zona una superficie equivalente a 19.000 metros cuadrados para la instalación de sus oficinas, locales y mostradores. Diez meses de su inauguración, hoy ha sufrido uno de los días más tensos tras la explosión de un furgoneta bomba esta mañana en el aparcamiento.
La nueva terminal T4 y su edificio satélite, proyectados por las ingenierías Initec y TPS bajo la dirección de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), permite la realización de 90 operaciones a la hora. Asimismo, la T4 tiene capacidad para 35 millones de pasajeros al año --10.000 sólo en hora punta-- y eleva a 70 millones los pasajeros anuales del aeropuerto madrileño, que se sitúa en el cuarto puesto europeo en cuanto a número de vuelos.
La terminal, que cuenta con un edificio principal de 470.261 metros cuadrados, tiene 39 posiciones de contacto para aeronaves y se compone de tres grandes módulos, uno de facturación, otro para el control de seguridad y el último para el embarque. Además, cuenta con ofertas comerciales y de ocio a lo largo de 24.000 metros cuadrados.
Con la ampliación, la superficie total de las terminales pasó a ser de 940.000 metros cuadrados y con el nuevo aparcamiento pasaría a contar con un total de 21.800 plazas de aparcamiento, frente a las 9.050 existentes antes de la creación de la T4.
AEROLÍNEAS EN LA NUEVA TERMINAL
Aparte de las aerolíneas integradas en la alianza aérea Oneworld (Iberia, British Airways, American Airlines, LAN, Finnair, Aer Lingus, Cathay Pacific y Qantas), AENA asignó espacios en las nuevas instalaciones a otras 29 compañías aéreas, entre las que figuran Air Nostrum, Aeroflot, Avianca, Japan Airlines, Iberworld o SN Brussels.
A Iberia el traslado le supone un sobrecoste de 35 millones de euros anuales, a lo que habrá que añadir unos costes de migración valorados en 20 millones de euros. Al estar los edificios del nuevo área terminal separados entre sí por 2,5 kilómetros y una pista, y dado que la comunicación entre ellos es subterránea, la aerolínea se verá obligada a incrementar la disponibilidad de equipos y personal, al no poder emplearse indistintamente en uno y otro edificio.
Asimismo, con su nueva ubicación, la terminal de carga quedará a 11 kilómetros, obligando a Iberia a sustituir todos los equipos de transporte y a encarecer la operación. Asimismo, este traslado supondría mayores tiempos de conexión entre vuelos, al ser mayores las distancias entre edificios. En concreto, los tiempos mínimos de conexión entre vuelos dentro del espacio Schengen pasarían de los 45 minutos actuales a una hora.
