Iberdrola, Endesa y Naturgy volverán este jueves a tratar de llegar a un acuerdo sobre el futuro de Almaraz

Publicado: miércoles, 20 marzo 2019 19:28

MADRID, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -

Iberdrola, Endesa y Naturgy tienen previsto volver a verse las caras este jueves con el fin de tratar de acercar sus posturas respecto al futuro de la central nuclear de Almaraz de cara a un acuerdo para la renovación de la licencia de la planta, según indicaron a Europa Press en fuentes conocedoras de la reunión.

Este nuevo encuentro tendrá lugar después de que este martes quedaran de nuevo de manifiesto las diferencias entre las compañías dueñas de la central, cuando restan menos de dos semanas para que expire el plazo para la renovación con la fecha límite del 31 de marzo.

La firma del protocolo entre las propietarias de las centrales y Enresa, que parecía aclarar la senda a seguir para la continuidad del parque nuclear y su cierre ordenado entre 2025 y 2035, no ha servido para aclarar el futuro de la central.

El permiso de conexión de Almaraz caduca en abril de 2020 y el próximo 31 de marzo es la fecha límite marcada en 'rojo' para tomar la decisión al respecto, bajo la amenaza para las energéticas de enfrentarse a una sanción.

En la última reunión, Iberdrola y Naturgy plantearon una propuesta flexibilizada en la que pusieron sobre la mesa que si las inversiones requeridas para la planta son superiores a las previstas en el plan de negocio acordado sería necesario volverse a sentar y pactarlo por unanimidad, tal y como está previsto en las sociedades de interés económico (AIE) por las que se rigen las nucleares, indicaron a Europa Press en fuentes empresariales.

Endesa ya se negó la semana pasada a firmar cualquier imposición de condiciones no recogidas en el protocolo alcanzado entre las compañías y Enresa, que, en su opinión, obliga a cumplir el acuerdo alcanzado para ampliar la vida útil de las centrales.

A juicio de la compañía dirigida por José Bogas la introducción de cláusulas a la petición de alargar la vida útil, como no superar un tope del 15% a una cifra de inversiones recurrentes de unos 400 millones de euros, supone desvirtuar el protocolo, "ya que en él no hay ninguna condición". Así, sostiene que no exista ningún condición en el caso de que las inversiones necesarias seas superiores a las previstas, ya que ésta es una cuestión que debe ser determinada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

Así, Endesa considera que el protocolo no admite ningún tipo de modificación a lo firmado por todos los propietarios de centrales, ya cualquier modificación supone vulnerar su vigencia.

SALIDA DE LOS SOCIOS A LOS QUE NO LES SALGAN LAS CUENTAS

Ante esta situación de bloqueo, Endesa ha planteado a sus socios negociar una salida de la central si alguno de ellos considera que "no salen las cuentas" y no se dan las condiciones económico-financieras que permitan su continuidad.

Esto supondría que los socios que quieran salir del accionariado podrían hacerlo, aunque sería necesario en primer lugar que cubrieran cada uno su parte correspondiente del importe por el predesmantelamiento.

Fuentes empresariales subrayaron que el resto de socios consideran inadmisible la venta de su parte por cero euros y, además, tener que asumir este coste del predesmantelamiento.

Este miércoles en Barcelona, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha asegurado que no cree que ni Iberdrola ni Naturgy, sus socios en la central nuclear de Almaraz, vayan a ceder su participación en la sociedad propietaria de la planta, aunque ha reconocido que plantearon quedarse con las partes de las otras compañías si no les interesaba seguir.

"Olvidémonos de que vaya a ocurrir eso", indicó Bogas, quien sostuvo que esto es lo que él cree y que no es lo principal: "Creo que estamos nosotros, los operadores, descentrando el tiro. Han surgido cosas que van más allá de lo firmado, y con más allá de lo firmado me refiero a que la contraparte hace un par de días dijo que lo firmado está firmado y debe de llevarse a cabo".

Además, insistió en que desde Endesa quieren que lo acordado se lleve a cabo, porque de no ser así no cumplirían con el protocolo que firmaron con Enresa el pasado 12 de marzo, mostrándose confiado en que habrá "un acuerdo absolutamente razonable y en base a lo que es el protocolo" antes del 31 de marzo.

VANDELLÓS II.

También esta sobre la mesa el futuro de la central de Vandellós II, donde se reparten el accionariado entre Endesa e Iberdrola, con el 72% para la compañía dirigida por José Bogas y el 28% para el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán, con una reunión prevista para este miércoles.

En este caso, la situación no es tan urgente como el de la planta de Extremadura, ya que la nuclear de Tarragona sería la última en cerrar según el protocolo, antes justo de Trillo, allá por 2035, y está sobre la mesa una primera renovación de su vida útil por 10 años.

Según la 'hoja de ruta' acordada por las eléctricas y Enresa, el reactor Almaraz I se parará no antes de 2027, mientras que el segundo de sus reactores lo haría un año después (2028).

En concreto, supone que los dueños de la central cacereña pedirán 7,4 años, a contar desde la fecha de abril de 2020 en que expira la licencia, para el primer reactor y 8,3 años para el segundo.

El Gobierno remitió el pasado 22 de febrero a Bruselas su borrador de Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), en el que prevé que en 2030 todavía haya operativos en el 'mix' eléctrico español algo más de 3 gigavatios (GW) de nuclear y un cierre ordenado de estas plantas por orden cronológico.

El protocolo incluye un calendario de cierre para el parque nuclear español, contemplando las clausuras ordenadas y escalonadas de los actuales siete reactores desde 2027 (Almaraz) hasta 2035 (Trillo). De tal manera que, tras Almaraz, le tocaría el turno a Ascó I (2029) y Cofrentes (2030). En 2033 sería clausurado Ascó II y, en 2035, Vandellós y Trillo. A este ritmo, la vida útil de las centrales se situará en una media de unos 45-46 años.

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