Los líderes europeos buscarán divididos soluciones para la crisis de deuda

presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero en la cumbre de la UE en B
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Actualizado: jueves, 16 diciembre 2010 8:54


BRUSELAS, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea buscarán divididos en la cumbre que celebran a partir de hoy soluciones definitivas para frenar la crisis de deuda que afecta a la eurozona. Los países más afectados, como España, Portugal o Italia, han propuesto nuevas iniciativas como el aumento y flexibilización del fondo de rescate o la emisión de eurobonos, pero han chocado hasta ahora con la negativa inflexible de la canciller alemana, Angela Merkel, respaldada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Tras unas semanas de tregua por la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de acelerar la compra de bonos de Portugal e Irlanda, la crisis amenaza con recrudecerse de nuevo después de que la agencia de 'rating' Moody's haya anunciado que estudia rebajar la nota de España por su creciente endeudamiento.

No obstante, tras el rescate de Grecia e Irlanda, los dirigentes europeos descartan que sea necesario a corto plazo prestar asistencia financiera a España y Portugal, según han asegurado fuentes europeas. De hecho, el Eurogrupo elogió en su última reunión las últimas medidas de ajuste anunciadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por considerar que le permitirán cumplir sus objetivos de reducción de déficit. Y Portugal prepara también nuevas medidas para tratar de calmar a los mercados.

Los líderes europeos discutirán este jueves con toda probabilidad las nuevas iniciativas que se han planteado para afrontar la crisis. Pero ante el alto grado de desacuerdo, no se esperan resultados concretos sobre las mismas. Como máximo se podría dar un mandato al presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para que las analice y presente sus conclusiones durante las próximas semanas, según las fuentes consultadas.

Eso sí, los Veintisiete ratificarán la creación de un fondo permanente para después de 2013 que contemplará como novedad la participación, "caso por caso" y "como último recurso", de los bancos privados cuando haya que asistir financieramente a algún país de la eurozona. Es decir, se abre la puerta a que se apliquen descuentos a los bonos de deuda pública si el Estado no puede pagar.

El acuerdo, alcanzado por los ministros de Economía el pasado 28 de noviembre, suaviza las pretensiones iniciales de Alemania, que exigía la participación del sector privado en todos los rescates, lo que según ha denunciado España agravó la crisis de deuda de la eurozona en octubre y precipitó el rescate de 85.000 millones de euros para Irlanda. El fondo permanente sustituirá al mecanismo de 750.000 millones de euros que se creó en mayo para asistir a países con problemas para refinanciar su deuda.

Los jefes de Estado y de Gobierno cerrarán un acuerdo político sobre la modificación que hay que introducir en el Tratado de Lisboa para dar cobertura al fondo permanente, tal y como ha pedido Alemania. El cambio consiste en introducir una frase en el artículo 136, que habla de la eurozona, que dice que "los Estados miembros cuya moneda es el euro pueden crear un mecanismo de estabilidad para salvaguardar la estabilidad de la eurozona en su conjunto. La concesión de ayuda financiera del mecanismo estará sujeta a condiciones estrictas".

Los líderes europeos encargarán a los ministros de Economía de la UE que definan antes de marzo todos los detalles del mecanismo permanente, como su dotación o las condiciones de uso. Y en el Consejo Europeo de marzo procederán a su adopción. Todos los Estados miembros deberán ratificar los cambios en el Tratado antes de finales de 2012 y, como se interpreta que el mecanismo no supone una cesión de poderes a la UE, se espera que ni siquiera Irlanda deba convocar un referéndum. La modificación entraría en vigor en enero de 2013.

FLEXIBILIZAR EL FONDO PROVISIONAL.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene previsto plantear en el debate que se flexibilice el fondo provisional de 750.000 millones de euros de manera que se pueda destinar no sólo al rescate de países sino también a comprar bonos o a dar líneas de crédito preventivas a los países con apuros, según han informado fuentes de Moncloa.

Los países más atacados por los mercados ven urgente reforzar este fondo antes que buscar soluciones a largo plazo que no servirían para la crisis actual. Así, la presidencia belga ha defendido ampliar su dotación, para que no haya dudas en los mercados de que será suficiente incluso si España y Portugal necesitan ayuda. También el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) apuestan por incrementar el tamaño del Fondo. Pero en la cumbre que celebraron el pasado viernes, tanto Merkel como Sarkozy se opusieron a esta medida.

Otra posibilidad que está sobre la mesa es que el BCE amplíe su capital para poder afrontar sin problemas su programa de compra de bonos. Su presidente, Jean-Claude Trichet, estará presente en la cumbre pero se descarta que los líderes europeos le presionen explícitamente para no cuestionar su independencia.

El primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, propuso la semana pasada junto al ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti, que la cumbre apruebe la creación de una Agencia Europea de Deuda que pueda emitir eurobonos. A su juicio, ello reduciría los costes de financiación de los países periféricos y serviría para acabar con la crisis de deuda.

Sin embargo, Merkel rechazó también de inmediato esta iniciativa, rechazo que ha reiterado este miércoles, por considerar que exigiría un cambio de Tratado y reduciría los incentivos para la disciplina fiscal. Juncker acusó a la canciller alemana de "pensar de un modo simple y antieuropeo". Pero el propio presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha dicho que los eurobonos son una idea "interesante" pero que no llega a tiempo para afrontar la crisis actual.

Barroso ha pedido a los líderes europeos evitar "la cacofonía de escenarios divergentes" y también el presidente del BCE ha exigido "disciplina verbal". Por su parte, la canciller Merkel ha insistido que "nadie en Europa será abandonado".