Marsans confía en llegar a un acuerdo "rápido" con el Gobierno argentino

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Actualizado: miércoles, 10 septiembre 2008 23:05




   BUENOS AIRES, 10 (EUROPA PRESS/Rafael Saralegui)

   El director corporativo del Grupo Marsans, Vicente Muñoz, dijo que confía en llegar a un "rápido acuerdo" con el Gobierno argentino por la venta de las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral, controladas por el grupo y actualmente gestionadas por el Estado argentino.

   "Estoy convencido de que va a haber un rápido acuerdo", dijo Muñoz durante una rueda de prensa, en la que estuvo acompañado por Eduardo Aranda, también directivo del grupo Marsans, e integrantes los dos del consejo de transición que administra las compañías en cogestión con el Gobierno argentino. "Queremos vender, no regalar", advirtió Aranda.

   Los dos directivos no quisieron decir cuál es el valor de las dos empresas, que controlan el 80 por ciento del mercado doméstico de vuelos, ni cuál es el precio que pedirán por ceder al gobierno argentino las acciones de las dos compañías. El Gobierno tiene ahora el 5 por ciento de las acciones de Aerolíneas Argentinas y nada de Austral.

   Dijeron que para conocer la valuación deben esperar que termine su tarea el grupo financiero Credit Suisse, contratada por Marsans para valuar la situación financiera de las dos empresas y establecer un valor de venta, y el Tribunal de Tasaciones de la Nación, que realiza la mismas tareas para el gobierno argentino.

   Muñoz aseguró que de no llegar a un acuerdo con el Gobierno retomarán el control de las dos empresas, pese a la firme voluntad que tienen de vender. "El Gobierno español nos ha dicho que lleguemos a un acuerdo con total libertad", dijo Muñoz, cuando se le preguntó sobre como seguía las negociaciones el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. "No nos van a abandonar", aseguró.

   Dijo además que de dar marcha atrás en el tiempo volverían a comprar las compañías, aunque las gestionarían de otra manera. "Este es un país muy complicado, muy peronista", dijo Muñoz, al referirse a las fuertes presiones de los gremios, en especial al de los mecánicos y de los pilotos, a los que responsabilizó de un "hostigamiento permanente".

   Explicó que el pasivo de las compañías, con fecha del 31 de mayo último, es de 890 millones de dólares, de los cuales 240 millones corresponden a una deuda exigible en forma inmediata. Los activos, indicó, están valuados en 720 millones de dólares, pero sostuvo que debe incrementarse porque los inmuebles de las empresas no están valuados a precios de mercado y que hay otros elementos intangibles que deben ser considerados, como el valor de la marca, entre otros rubros.

  Precisó que desde que el Gobierno asumió la gestión de las empresas, tras la firma de acta acuerdo con el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, el 17 de julio pasado, el estado nacional aportó 400 millones de pesos (unos 90 millones de euros) para el funcionamiento de las compañías, que luego podrán ser contabilizados en la compra.

  Los directivos negaron haber desviado los fondos aportados por la SEPI española, 753 millones de dólares, en la gestión de las compañías y dijeron que analizan presentar una demanda penal contra el senador radical Gerardo Morales, quien había presentado a su vez una denuncia en la Justicia argentina contra los directivos de Marsans. "Estafa procesal", es el supuesto delito que se le imputaría a Morales por haber falseado datos en su denuncia, según dijeron.

   Aranda y Muñoz precisaron que entre septiembre de 2007 y mayo de 2008, las dos empresas tuvieron pérdidas por 280 millones de dólares y responsabilizaron de esa situación a los gremios de pilotos y técnicos aeronáuticos, que llevaron adelante sucesivas huelgas, que provocaron retrasos y cancelaciones de vuelos.

   Además dijeron que la situación se agravó además por la demora en la actualización de las tarifas, de lo que responsabilizaron al Gobierno argentino. Explicaron que desde el 2002 hasta abril de 2008 las tarifas sólo se incrementaron un 20 por ciento, mientras que en el mismo lapso, por caso, los combustibles aumentaron un 300 por ciento.