WASHINGTON, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, confió este martes en que el fallecimiento del senador demócrata Robert Byrd no suponga ningún problema para conseguir los votos suficientes que saquen adelante la reforma regulatoria del sector financiero estadounidense acordada por un comité formado por miembros de la Cámara de Representanes y el Senado.
Tras mantener su reunión periódica con el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, sobre la economía y las nuevas iniciativas políticas de la Casa Blanca, Obama se mostró afectado por el hecho de que "un gigante del Senado y un amigo personal" haya fallecido, pero insistió en que no piensa en ello en el contexto de la reforma de la regulación financiera.
Así, mostró su confianza en que, dado el paquete de medidas acordado, los senadores, de las dos principales formaciones políticas del país, reconozcan que es el momento de establecer normas que eviten los rescates de los contribuyentes y aseguren que no habrá una nueva crisis financiera que pueda hundir la economía.
En este sentido, insistió en que la reforma financiera no sólo aportará algo de certeza a los mercados sobre cómo se van a prevenir crisis como ésta, sino que también asegura que los consumidores estarán protegidos "como nunca" ante todo lo que tenga que ver con la interacción con el sistema financiero. "De los saldos de las tarjetas de crédito a las hipotecas, los consumidores van a tener el tipo de protección que nunca antes han tenido", agregó.
Por todo ello, recalcó que cuando piensa en el senador Byrd, en lo que piensa es en alguien que, durante una carrera política "sin precedentes", no sólo ayudó a transformar la institución sino que representa, a través de su propia transformación personal, el tipo de cambios que ha sufrido América para convertirse en "más igualitaria, más justa y más equitativa".
RECUPERACIÓN ECONÓMICA
Respecto a su reunión con Bernanke, Obama aseguró que ambos comparten la opinión de que la economía se está fortaleciendo y de que está en la senda de la recuperación, principalmente debido a que algunos sectores importantes, como el manufacturero, están en niveles que no se veían desde hace tiempo.
Sin embargo, también destacó que ambos coinciden en que todavía queda mucho trabajo por hacer y en su preocupación por los ocho millones de puestos de trabajo que se han perdido en estos dos años. "Hemos tenido que continuar empujando el ritmo de crecimiento económico para que la gente pueda volver a trabajar", añadió.
Asimismo, subrayó que, a pesar de que han mejorado los beneficios en muchos empresas, debido a los problemas a los que se enfrente Europa, se están produciendo "algunos vientos en contra y nerviosismo" en los mercados y en empresas e inversores.
