Seis hábitos para ser un inversor de éxito

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Actualizado: domingo, 5 agosto 2018 12:04

   MADRID, 5 Ago. (EDIZIONES) -

1. Ten determinación para conseguir tus objetivos

   Para conseguir los objetivos, todo buen inversor debe tener determinación y seguir una estrategia, diversificando e invirtiendo regularmente. Para ello, fijar una estrategia permite decidir una asignación entre acciones y bonos que se adapte al perfil de riesgo y permita sortear las turbulencias en los mercados de capitales.

   Asimismo, una buena táctica de inversión pasa por invertir dinero de manera diversificada, combinando acciones con bonos, e incluso con otros segmentos. Además, realizar las compras de manera regular mejora las posibilidades al evitar 'efecto del coste promedio', comprando menos unidades a precios altos y más a precios bajos, así como el 'efecto de interés compuesto' al reinvertir retribuciones.

2. Toma decisiones para preservar el poder adquisitivo

   Entender la seguridad de una inversión como la ausencia de las fluctuaciones de precios es algo legítimo y comprensible en los inversores, pero que no se ajusta a la situación actual. Si se tiene en cuenta que la rentabilidad de las cuentas de ahorro es cercana a cero y los bonos del Estado del 45% de los países miembros de la UE ofrecen tipos negativos, la aversión a las fluctuaciones solo propiciará que los inversores ganen menos de lo que invirtieron.

   Por ello, es necesario un cambio de estrategia que pase por buscar, como mínimo, que el dinero invertido mantenga el poder adquisitivo; es decir, que no se pierda capacidad de compra por la inflación debería ser el objetivo, incluso de los más conservadores. De hecho, en este contexto se podría decir que el mayor riesgo es no correr ningún riesgo.

3. Si quieres ganar, asume riesgo

   Los inversores de éxito saben que para obtener beneficios es necesario correr riesgos. La explicación es lógica: la inversión en activos con más riesgos genera rendimientos más altos en el largo plazo que aquellos que no presentan riesgos. A pesar de que el pasado no es una indicación de lo que ocurre en el futuro, se puede aprender de la historia, como vemos con este ejemplo.

   Según el análisis de los valores estadounidenses y sus bonos en la serie histórica desde 1801 a 2017, la inversión de un dólar en el Tesoro en 1801 se habría revalorizado a 1.500 dólares a finales de 2017, una vez ajustado al índice de precios. Sin embargo, en ese mismo periodo, la inversión de un dólar en acciones habría crecido hasta 1,8 millones de dólares americanos, según los datos recogidos por Hans-Jörg Naumer en el informe de Allianz GI Global Capital Markets & Thematic Researchs.

4. ¡Invierte, no especules!

   Ser un buen inversor no es compatible con ser un especulador. Si deseas acumular capital a largo plazo, debes invertir en lugar de especular. Especular es apostar por los movimientos de precios en el corto plazo, mientras que invertir es poner el capital a trabajar a mediano o largo plazo.

   Tomando como ejemplo las acciones europeas, una inversión ampliamente diversificada de estas acciones en los últimos 25 años, ganó casi un 7,8% en promedio. Sin embargo, con las operaciones intradía, si el inversor se perdió los 20 mejores días en el mercado de valores, mientras esperaba mejores precios de inicio ganó 1,6%, es decir, si se perdió los 40 mejores días, en realidad dejó de ganar un 2,3%. Por lo tanto, es mejor tener una perspectiva a largo plazo, ya que el riesgo de perder los mejores días en los mercados de capital es bastante alto.

5. Conócete y desafía tus intenciones

   Nuestro cerebro es resultado de un proceso de desarrollo de miles de años, lo que explica que determinadas decisiones de comportamiento sigan un patrón histórico que no se puede explicar racionalmente como 'homo oeconomicus'.

   Por ello, determinadas actitudes conllevan unos patrones de comportamiento asociados. Por ejemplo, muchas veces el inversor estudia su inversión como un elemento aislado, enmarcando solo lo que quiere y excluyendo alternativas que podrían ser mejores. Ante esto, la reacción afectiva es el autocontrol, que ocasiona un contagio social. Por ello, es necesario conocerse y ser capaz de desafiar nuestras propias intenciones.

6. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

   Uno de los factores clave del éxito es el horizonte de inversión por el 'efecto de interés compuesto', por ello, cuanto antes se empiece a invertir, mayor será la rentabilidad final si se reinvierten los beneficios.

   En el caso de un plan de pensiones, el 'efecto de interés compuesto' se puede mostrar con este ejemplo: un inversor quiere tener 100.000 euros a su disposición cuando se jubile; si comienza a ahorrar con 36 años para alcanzar este objetivo, con ahorrar 50 euros al mes es suficiente con un rendimiento promedio de 7,5%. Sin embargo, si solo le quedan doce años para jubilarse cuando empieza a ahorrar, deberá reservar 400 euros cada mes. Aunque, por supuesto, existe una prima de riesgo potencial en la rentabilidad del fondo de pensiones, que no está con una libreta de ahorro.