UPA califica de "aberrante" el impuesto a las bebidas azucaradas

El azúcar está más presente de lo que creemos en nuestra ideta
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Actualizado: viernes, 7 agosto 2020 12:46

MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha calificado como una "aberración" que el Gobierno plantee un gravamen sobre las bebidas con azúcar, puesto que eso representaría un "daño irreparable" para el sector remolachero-azucarero, según ha informado en un comunicado.

En concreto, la organización agraria ha recordado que este sector, cuya principal zona productora está en Castilla y León, pero que también se produce en Andalucía, La Rioja y País Vasco, está viviendo una situación "especialmente delicada", debido a que está a las puertas de la liberalización que supondrá la desaparición de las cuotas azucareras a partir de septiembre de 2017.

UPA ha reiterado que en el caso del azúcar sería "una hecatombe" para Castilla y León, ya que esta región produce el 80% del azúcar nacional.

La organización agraria cree que los ideólogos anti-azúcar del Gobierno que han planteado este impuesto basan su argumentación en la "trampa" de considerar que un alimento, por sí sólo, es perjudicial para la salud. "El azúcar no sólo no es dañino, sino necesario para la población, por lo que motivar un menor consumo vía impuestos es injusto e inmoral", ha recalcado.

"No tiene sentido encarecer los productos con azúcar. Si de lo que se trata es de reducir las tasas de determinadas patologías como la diabetes o la obesidad, un impuesto al azúcar es una medida absurda", ha explicado.

La organización cree que el Gobierno debería fomentar los hábitos saludables dentro de la dieta mediterránea, "mediante medidas pedagógicas, educativas y sociales, y no dentro del ámbito de los impuestos".

UPA teme que este impuesto haría desaparecer a miles de agricultores, puesto que se pondrían en duda no solo las ayudas públicas que perciben actualmente productores e industrias azucareras, sino la rentabilidad de un cultivo que "es puntero en toda Europa".

Las consecuencias también serían "trágicas" para los miles de empleos directos e indirectos que actualmente se generan en torno a la actividad industrial de procesado y transformación, lo que conllevaría una destrucción muy importante de tejido social y económico.