MADRID, 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las ventas de cigarrillos descendieron un 4,78% en noviembre respecto al mismo mes del año pasado, con lo que se frenó la caída registrada en los dos meses anteriores, del 15,9% en septiembre y del 13,3% en octubre, según los últimos datos publicados por el Comisionado para el Mercado de Tabacos.
El freno en la bajada de las ventas se produjo el mes previo a la subida de impuestos aprobada por el Gobierno, que provocó que en la primera mitad de diciembre las grandes tabaqueras subieran los precios de sus principales marcas entre 35 y 40 céntimos.
En concreto, en noviembre se comercializaron 280,42 millones de cajetillas (-4,78%), que alcanzaron un valor de 960 millones de euros, un 7,28% más.
En términos interanuales, las ventas cayeron un 10,6% entre enero y noviembre, hasta 3.332,79 millones de cajetillas, que generaron una facturación de 11.005 millones de euros, un 3% más que en el mismo periodo del año pasado.
Marlboro, de la compañía Philip Morris, se mantiene como marca líder en el 'ranking' del mercado de cigarrillos en valor, con una cuota del 15,8%.
Le siguen Winston (Japan Tobacco International), con una participación en el mercado del 10,62%; Fortuna (Altadis), cuya cuota se sitúa en el 10%, y Chesterfield, en el cuarto puesto del listado de marcas con una participación del 8,88%.
EL TABACO DE LIAR CAE UN 2,7%.
El tabaco de liar también registró un descenso de las ventas del 2,8% en los once primeros meses del año, hasta 4,98 millones de kilos, que alcanzaron un valor de 440,4 millones de euros.
Con la subida de los tributos especiales del tabaco aprobada en Consejo de Ministros el pasado 3 de diciembre, el Gobierno prevé ingresar 780 millones de euros adicionales.
La medida recogía un alza del 28% en el impuesto mínimo, que pasa de los 91,3 a 116,9 euros por cada mil cigarrillos, y un incremento del tipo impositivo específico desde 10,2 hasta 12,7 euros por mil cigarrillos.
Por lo que respecta a la picadura de liar, el impuesto específico pasa de seis euros por kilo a ocho euros, mientras que el impuesto mínimo se elevó de 50 a 75 euros por kilo, al objeto de reducir el diferencial de precio con los cigarrillos.
