BARCELONA, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los vigilantes privados del Aeropuerto de El Prat en Barcelona lamentaron hoy sentirse "criminalizados" tras el incidente con el eurodiputado de CiU Ignasi Guardans, que acabó con una denuncia del parlamentario europeo a un vigilante porque éste le obligó a quitarse los zapatos al pasar por el control de embarque.
Según informó hoy UGT de Catalunya, sindicato mayoritario de la empresa Vinsa que se encarga de la seguridad privada aeroportuaria en Barcelona, el colectivo está sufriendo "una campaña de desprestigio" que se inició con la denuncia del eurodiputado. Además, añadió que los vigilantes "sólo cumplen con las normas que les dicta la dirección de Aena".
"La Unión Europea es la encargada de aplicar la normativa sobre seguridad en los aeropuertos europeos y, en el caso de España, es Aena quien la ejecuta", sostuvo el sindicato. Así, recordó que si los zapatos de un pasajero activan el mecanismo detector de metales, el vigilante "se ve obligado" a requerirle que se los quite. De no hacerlo, "podría ser denunciado y trasladado de su lugar de trabajo", añadió.
UGT de Catalunya aprovechó para criticar las condiciones laborales en las que los 250 vigilantes de seguridad privada de El Prat deben desempeñar su actividad con turnos "de hasta 15 horas" y reiteró que Catalunya necesita unos 4.000 profesionales más a parte de los más de 10.000 que ejercen esta profesión.
