PARIS, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
El puerto de Marsella está hoy completamente bloqueado y el tráfico se ve seriamente afectado en Burdeos y Nantes (Atlántico) o en Le Havre, en el canal de la Mancha, como consecuencia de una huelga nacional, a la que se han sumado la mayoría de los puertos franceses, para protestar contra la reforma gubernamental que prevé la privatización de la manipulación de mercancías. El consejo de Ministros estudia hoy precisamente el proyecto con el que se quiere mejorar la competitividad de la actividad portuaria.
Los puertos han respondido al llamamiento lanzado por la Confederación General del Trabajo (CGT) y la punta de lanza de la movilización ha sido Marsella, que ya mantuvo cuatro días de paro la semana pasada. El portavoz de CGT en el puerto marsellés, Pascal Galéoté, consciente de la determinación de los trabajadores a hacerse fuertes, advirtió de que el movimiento podría endurecerse y prolongarse en el tiempo.
La misma amenaza han esgrimido los responsables sindicales del puerto de Le Havre. Unos 700 empleados han desfilado por las calles de Seine-Maritime precedidos de un coche que llevaba un ataúd simbolizando el entierro de la reforma. También en el puerto vecino de Rouen el tráfico se ve seriamente afectado y unos 150 estibadores han colocado piquetes delante del principal terminal de containers. "La mayoría de los puertos marítimos mantendrán un paro casi total", auguraba Daniel Lefebvre, secretario general de la federación de la CGT, que espera que se sumen a la protesta de 27 a 28 puertos de todo el país.
El secretario de Estado de transportes, Dominique Bussereau, consciente de las resistencias a la reforma ha prometido una larga concertación, que se prolongará más allá del voto de la ley que se debatirá en el Parlamento a mediados de mayo, con lo que podría promulgarse en julio.
"Los agentes sociales tendrán varios meses para definir conjuntamente las modalidades de esta reforma", asegura el secretario de Estado. Bussereau garantiza igualmente que el proyecto no conllevará "ninguna disminución" de empleos para los 2.000 trabajadores afectados. Sin embargo, todas estas garantías parecen insuficientes para calmar los ánimos de las centrales sindicales.
URGENCIA.
El texto de reforma que examina hoy el Consejo de Ministros prevé una serie de medidas para que los puertos galos recuperen parte del mercado que han perdido respecto a sus principales competidores europeos.
El Gobierno defiende la "urgencia" de la reforma alegando que entre 1989 y 2006, los puertos franceses han pasado del 11,6% al 6,2% de actividad sólo en el tráfico europeo y que en los siete puertos afectados por la reforma --Marsella, Le Havre, Rouen, La Rochelle, Burdeos, Nantes-Saint-Nazaire y Dunkerque-- el tráfico es inferior a 100 millones de toneladas, cuando sólo el de Rotterdam gestiona 400 millones.
