Actualizado 27/06/2018 14:53

La "cadena perpetua" del hambre

Familia en Guatemala
EUROPA PRESS

   MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Cáritas Española ha desarrollado más de 100 proyectos por el derecho a la alimentación en 30 países durante los últimos cinco años, entre los que destacan las iniciativas en las que se empodera a las mujeres, que son las que producen entre el 60 y el 80 por ciento de los alimentos en los países en desarrollo. En la actualidad, en el mundo pasan hambre un total de 815 millones de personas y los niños son unos de los principales afectados, como en el caso de Guatemala donde la desnutrición afecta a uno de cada dos convirtiéndose en una "cadena perpetua" para su desarrollo.

   La experta de Cáritas Guatemala María Rosenda García ha explicado el proyecto que vienen impulsando con el apoyo de Cáritas Española para reducir en cuatro municipios de Sololá y Quetzaltenango la desnutrición infantil, un problema que se agudiza en las zonas rurales afectando a 8 de cada 10 menores. Lo peor es, según ha precisado, que en 50 años solo se ha conseguido reducir un 17 por ciento esta "alarmante" desnutrición crónica. "El futuro del niño con desnutrición crónica está comprometido, es como una cadena perpetua", advierte.

Si bien, no se rinden y siguen trabajando a través de un "acompañamiento más personalizado" a las familias de estas zonas rurales; ayudándolas a mejorar su producción para que no solo cubra sus necesidades nutricionales; cambiando los hábitos pues existe "falta de educación" que repercute en las prácticas de higiene y en la salud; y dándoles a conocer sus derechos para que los hagan valer ante las autoridades.

Este es uno de los casos que se están exponiendo desde el pasado lunes 25 de junio en el marco de la 'Semana sobre el Derecho a la Alimentación' que ha organizado Cáritas Española para intercambiar las buenas prácticas que, con el apoyo de la AECID, se han llevado a cabo en cuatro países para garantizar el acceso a la alimentación.

   Uno de los casos representativos es Mauritania, donde las mujeres del entorno rural soportan sobre sus espaldas un gran peso de las responsabilidades familiares y económicas. Si bien, al mismo tiempo son más vulnerables y tienen un mayor riesgo de pobreza.

   El responsable de Cáritas Mauritania Abdoulaye Ba ha explicado que el proyecto que desarrollan con el apoyo de Cáritas Española en la región desértica de Gorgol tiene como principales beneficiarias a las mujeres, a las que involucran en proyectos de creación de cooperativas. "Antes del convenio, la mujer no tenía derecho a la palabra, la mujer mauritana está muy excluida de la toma de decisiones, pero con este proyecto ha aumentado su implicación", ha señalado.

40 AÑOS, DIVORCIADA Y CAMPESINA EN MAURITANIA

   Es el caso de Minetou, una mujer campesina de 40 años divorciada y con cinco hijos, que forma parte de la cooperativa femenina de su localidad, a través de la cual han puesto en marcha un huerto y han empezado a criar cabras y corderos que después venden. "Poder trabajar de ganaderas es muy importante para nosotras porque es algo que siempre habían hecho los hombres", explica.

   Otro ejemplo de éxito es el de Cáritas Etiopía, donde el trabajo apoyado por Cáritas Española y la AECID se ha centrado en la promoción y apoyo a varias cooperativas agrícolas en la Diócesis de Meki. Abba gobezayehu ha explicado que con esta iniciativa han logrado progresos contra las hambrunas provocadas por el cambio climático y las sequías. "Esto crea frustración en los jóvenes que acaban abandonando el país", ha reconocido.

   Con el proyecto, han llegado a 70.000 agricultores,hombres y mujeres que han conseguido mejorar sus ingresos, gracias a una formación en capacidad de negociación en los mercados, en la destreza a la hora de utilizar las técnicas agrícolas, a la mejora de las infraestructuras y de las técnicas de almacenamiento.

   Uno de los beneficiarios es Kebede, casado y con nueve hijos, que desde 2012 es miembro de una cooperativa agrícola y participa en el programa de multiplicación de semillas. "Antes, la producción de mis tierras era de unos seis quintales por hectárea y obtenía entre 8.000 y 10.000 Birr anuales --unos 360 euros--; pero desde que soy miembro de la cooperativa, en solo cuatro años mis ganancias se han multiplicado por cinco", ha asegurado.

50 FAMILIAS CON LA MITAD DE LA RIQUEZA DE FILIPINAS

   También en el sector de la agricultura, Cáritas Española apoya en Filipinas el proyecto 'Farm First' (La agricultura primero). El sacerdote Edwin Gariguez, de Cáritas Filipinas, ha explicado la importancia de este programa en un país donde "las 50 familias más ricas tienen la mitad de toda la riqueza", donde más del 20 por ciento de la población vive bajo el umbral de la pobreza y donde se producen 30 tifones al año que causan destrucción.

   Gracias al proyecto, personas como Juanita han aprendido sobre cambio climático y sobre agricultura ecológica. "Ahora produzco abono orgánico para mis cultivos de arroz porque sé que protege los nutrientes del suelo. Antes gastaba mucho en pesticidas y fertilizantes químicos. Ahora, después de vender mi cosecha, me queda dinero para la familia y los vecinos", destaca.

   El derecho a la alimentación en el mundo es uno de los ejes prioritarios de Cáritas Española en línea con el Objetivo de Desarrollo del Milenio número 2 que busca "poner fin al hambre y a todas las formas de malnutrición y alcanzar la producción sostenible de alimentos para el año 2030".

   La directora del Área de Cooperación Internacional de Cáritas Española, Eva Cruz, ha recordado que el derecho a la alimentación es una de las causas más importantes de "la movilidad humana" pues aún son 815 millones de personas las que pasan hambre en el mundo. Además, los conflictos, agravados por el clima son en gran parte los causantes del aumento de la inseguridad alimentaria. Por ello, ha insistido en la necesidad de un "compromiso" de los Estados, de la cooperación internacional y de la "sensibilización colectiva".

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