Publicado 24/01/2019 14:09

En estos 13 pueblos amazónicos no se respetan los derechos humanos

Niño de un pueblo amazónico con  las manos manchadas de petróleo
CÁRITAS

   MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

   La Red Eclesial Panamazónica (REPAM), de la mano de la iniciativa Enlázate por la Justicia --integrada por Cáritas, CEDIS, la Conferencia Española de Religiosos, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES-- ha elaborado un informe en el que da voz a 13 pueblos "descartados" de la Amazonía donde se vulneran los derechos humanos.

   El informe, presentado este jueves 24 de enero en la sede de Cáritas Española, lo han enviado ya a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y al Alto Comisionado de la ONU. Además de dar voz a las personas que ven vulnerados sus derechos pretende ser "una herramienta de incidencia política".

   A lo largo de 300 páginas, el documento recoge las historias de comunidades campesinas y pueblos indígenas de Colombia, Ecuador, Brasil, Bolivia y Perú, donde se violan los derechos humanos a la soberanía y autonomía alimentaria, el derecho a la libre determinación, a la demarcación de territorios, a la dignidad e integridad personal, a la manifestación y participación, a la consulta previa, de buena fe, libre e informada sobre su territorio, a la identidad y cosmovisión de un pueblo, al agua y a una vivienda adecuada.

   Concretamente, en el informe aparecen: las Comunidades campesinas de Chaparrito, y las de Morelia y Valparaíso (Colombia); el pueblo indígena Tagaeri-Taromenani y las comunidades campesinas e indígenas de Tundayme (Ecuador); los pueblos indígenas Jaminawa Arará y el de Yanomami (Brasil); o las comunidades ribereñas de Yurimaguas y los pueblos indígenas Awajún y Wampís (Perú); los pueblos indígenas Mojeño Trinitario, Ycararé y T'siname (Bolivia); los Munduruku (Brasil); y los Kukama (Perú).

   Además, los autores del informe exponen diferentes propuestas frente a la vulneración de derechos. La experta de Cáritas Española Sonia Olea, que ha colaborado en la edición y compilación de la publicación ha precisado en rueda de prensa que la principal propuesta es "que los pueblos de la Amazonía quieren ser los titulares de sus recursos, de su tierra, de su agua y de su aire; decidir qué hacen con él y seguir viviendo con dignidad".

   Además, según se denuncia en el informe, "los modernos proyectos hidrocarburíferos y mineros en la Amazonía ocupan espacios, contaminan el entorno natural y provocan pérdidas irreparables en la cultura y la paz social de los pueblos afectados".

   La activista Lily Calderón, de Pastoral de la Tierra del Vicariato Apostólico de Yurimaguas, en Perú, ha denunciado el "maltrato" de los estados a los pueblos indígenas y a las comunidades ribereñas de la Amazonía. "La riqueza es al mismo tiempo la desgracia de estos pueblos amazónicos", ha lamentado.

   En concreto, ha denunciado que comunidades ribereñas no puedan acceder a agua limpia a pesar de vivir junto al río, o que la principal empresa productora de palma aceitera haya "talado" la Amazonía.

   A Lily no le preocupa que la denuncien por ser activista sino luchar por esta causa. Por ello, cree que este informe puede ayudar a que las "lanzas sean más certeras". "Ayudemos a vestir esta Amazonía que está sangrando, que grita", ha pedido.

   Asimismo, se ha mostrado esperanzada por el Sínodo convocado por el Papa Francisco sobre la Amazonía porque pondrá sobre la mesa "problemas callados durante años". "Una de las cosas que preocupa a los Estados es la vergüenza internacional", ha zanjado.

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