Xavier Roig acaba de publicar el libro 'La Dictadura de la incompetencia', un ensayo con el que pretende despertar las conciencias críticas de una sociedad civil que, en su opinión, "está dormida". En esta entrevista concedida a Europa Press, este escritor catalán explica y argumenta por qué a España le cuesta más salir de la crisis o los ingredientes necesarios para construir una democracia competente.
.- ¿Cree que la mezcla de "un vago funcionariado, un flojo sistema educativo y una cultura que no llega a todos pero que se paga con impuestos de todos los españoles" fue la antesala de la crisis que vivimos?
En la crisis es tan importante salir como entrar y esto no va a ayudar a salir. No es responsable de que hayamos entrado pero sí es responsable de que no salgamos tan airosos como otros países.
.- ¿Qué receta hay que usar para salir de la crisis?
Es complicado, aunque creo que lo que han aplicado otros países. Es conveniente copiar de los más avanzados. Por ejemplo, el sistema alemán, que crea empleo pagando a tiempo parcial a las empresas a las cuales le sobra personal y al mismo tiempo, se ocupa de la formación; o el sistema italiano, que apuesta por crear un fondo cuando la gente se queda en el paro por lo que el despido no lo paga la empresa sino el fondo que se ha ido creando. Son ideas: ninguna es fantástica pero nos convendría más copiar y menos inventar.
.- En su libro arremete de forma considerable contra las Administraciones. ¿Me podría decir tres políticos que supongan la cara y la cruz de un trabajo bien hecho en pro de la ciudadanía y no para hacerse con "dinero fácil"?
No puedo decir ninguno porque es un problema del sistema que está diseñado no para que sobresalgan los mejores sino para que lo hagan los de siempre, los de la máquina del partido. Casi todos son cruces ahora mismo.
.- ¿Qué me puede decir sobre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre? ¿Y sobre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero?
Aguirre es una mujer que tiene muchas narices, mucho carácter aunque a veces se pasa un poco. Honestamente, no sé qué tal gobierna, no parece mala pero no me atrevo a decir más. Y sobre Zapatero, que sí me afecta, pienso que no está a la altura y es un Gobierno al que le sobran varias dosis de frivolidad.
.- ¿Considera que sobran funcionarios para conseguir unas Administraciones más dinámicas y un trabajo más efectivo?
Quizá en el número de funcionarios no estamos desbocados aunque sí lo estamos respecto a los funcionarios a los que se les puede exigir y pasar cuentas. Si miramos el número de funcionarios, seguramente no tengamos un exceso en cuanto a otros países de Europa pero falta eficacia. No es un problema tanto de cantidad como de calidad.
.- ¿Qué propondría como base de arranque de una democracia competente?
Cambiar el sistema electoral. Ir a unas elecciones donde el diputado sea un diputado de distrito y responda ante unos electores. Ahora eso no es así, son listas cerradas y grandes circunscripciones y los diputados se deben al partido y no al elector, entre otras cosas, porque votan a lista cerrada. Mientras esto no cambie. la democracia en España tendrá puntos muy débiles.
Este tipo de sistema se tiene que proponer en el Parlamento, somos el único país de Europa donde las elecciones se llevan por listas cerradas. Es un problema ya de vergüenza comparativa. Tarde o temprano llegará, porque sino la degradación política llegará a más.
.- En cuanto a la ciudadanía, ¿cree que tiene un espíritu crítico o es un poco "borrega"?
Pienso que es un poco borrega porque la gente no está educada con el espíritu crítico necesario. La gente se siente identificada, cada vez menos, con un partido o una ideología al que ha votado y defiende, y la ciudadanía tiene que ser crítica con el poder, lo haya votado o no. Aquí la gente que vota a un partido acostumbra a defenderlo y ésto es una falta grave.
.- Ahora está a la orden del día el posible Pacto por la Educación. ¿Qué considera imprescindible para que este acuerdo sea viable y no suscite quejas a corto o medio plazo?
Yo creo que tiene que ser una ley que debería estar desideologizada pero además tiene que ser exigente con los profesionales. El director de un colegio tiene que decidir si un profesor es bueno o malo, y tiene que poder despedirlo si es necesario y hoy en día. Pero en la enseñanza pública eso no es posible. Los profesores malos quedan y nadie los puede mover. No hay un sistema de medición de quién lo hace bien y quien lo hace mal. Los primeros perjudicados son los buenos maestros y esto hay que acabarlo. A la gente se la tiene que medir por los resultados de su trabajo por lo que los profesores deberían pasar evaluaciones cada año y recibir formación continua.
