Actualizado 12/03/2008 10:26

La familia de una mujer que murió de cáncer a los 15 días de ser diagnosticada será indemnizada con 130.000 euros

ALCALÁ DE HENARES, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -

La familia de María Dolores Sequeiro, una mujer que falleció en noviembre de 2003 de un cáncer de estómago a los 15 días de ser diagnosticada porque el tumor se hallaba ya en su fase terminal, recibirá una indemnización de 130.000 euros por el retraso en la detección del tumor que dejó a la paciente sin opciones de poder recibir ningún tipo de tratamiento salvo los cuidados paliativos destinados a reducir el dolor.

Sin embargo, María Dolores llevaba casi un año acudiendo reiteradamente al especialista y a los servicios de urgencia del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares por molestias y dolores gástricos, sin que ninguno de los facultativos que la trataron consiguieran darle un diagnóstico concreto de lo que le sucedía.

La sentencia dictada ahora por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha condenado al pago al Servicio de Salud Madrileño por mala praxis, al considerar que el retraso en la detección del cáncer y la falta de pruebas diagnósticas dejó a la paciente sin la posibilidad de haber recibido un tratamiento que podría haber alargado y mejorado su calidad de vida.

UN "CALVARIO" DE VARIOS MESES.

David Alcázar, su hijo, recordó en declaraciones a Europa Press, cómo "el calvario" de su madre comenzó en diciembre del 2002, cuando se presentaron las primeras molestias en el estómago. Fue entonces cuando empezó a acudir asiduamente al hospital, realizándose controles y análisis periódicamente, pero sin lograr un diagnóstico claro de la causa de sus problemas.

A pesar de que tomaba varias medicinas, la situación de la paciente no mejoró, de hecho, "cada vez iba a peor, y los dolores y la hinchazón de su vientre, a más", según comentó David. Por ello, su hijo no dudó en acompañarla al servicio de urgencias hasta tres veces, pero en todas las ocasiones la enviaban a casa sin darle mayor importancia a sus síntomas.

"Le decían que era por todas las pastillas que tomaba, que por eso tenía las molestias, y que la hinchazón de la tripa se debía a que retenía líquidos, también por causa de la medicación", dijo el hijo de la afectada.

En una nueva crisis que sufrió María Dolores en el mes de octubre de 2003, y visto el nulo resultado de las visitas a urgencias, David decidió llevar a su madre directamente a la consulta del médico que la estaba tratando, y éste decidió dejarla ingresada.

UNA ECOGRAFÍA REVELÓ EL TUMOR.

Allí le realizaron más pruebas, entre ellas, una ecografía que hasta ese momento, y a pesar de los síntomas que presentaba la afectada, no habían considerado necesaria. En esa ecografía encontraron la razón de lo que le pasaba a María Dolores: tenía un tumor en el estómago que ya había metastasizado y se encontraba en fase muy avanzada.

A David le costó comprender cómo ninguno de los médicos que habían visto a su madre en casi el año que había transcurrido desde que aparecieron los primeros síntomas no había dado con el tumor, sobre todo tras tener conocimiento de que durante las pruebas y análisis que le habían estado realizando en ese periodo algunos marcadores tumorales presentaban valores altos.

Desgraciadamente, para María Dolores ya era demasiado tarde, ya que el tumor se encontraba en su fase terminal. De hecho, la paciente falleció tan sólo quince días después de ese último ingreso sin haber podido recibir ningún tipo de tratamiento que, en una fase tan avanzada de la enfermedad, no hubiese tenido ningún resultado.

UNA SENTENCIA FAVORABLE PERO QUE "NO CIERRA LA HERIDA".

Por eso David se decidió a denunciar lo ocurrido ante la asociación del Defensor de Paciente, que trasladó el caso a uno de sus abogados, Álvaro Sardinero, y que ha terminado con una sentencia favorable al demandante.

El fallo, aunque "no cierra la herida" causada por la muerte de su madre, una mujer de sólo 60 años, sí ha conseguido poner a su familia "contentísima", por el hecho de haberse demostrado en el juicio que el especialista que la trataba "lo hizo mal", y porque la Justicia les ha "dado la razón" en su denuncia de conducta negligente.

Lo único que empaña la satisfacción de esta familia tras ganar la denuncia es saber, en un hecho reconocido por el propio médico ante los afectados, que de haberse producido un diagnóstico temprano del tumor, María Dolores, "casi seguro", hubiese salvado su vida.