Actualizado 20/10/2010 15:41

Los hijos de la mujer acusada de matar a su marido en Tafalla (Navarra) aseguran que sufría malos tratos

Dicen que los malos tratos a su madre "formaban parte de la vida diaria" y definen a su padre como un hombre "violento e imprevisible"


PAMPLONA, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -

Dos de los hijos de la mujer acusada de matar a su marido en Tafalla han asegurado que su madre ha sufrido "malos tratos" de "un modo u otro, física, psíquica y verbalmente durante toda la vida", aunque "siempre nos lo ha intentado ocultar". Además, han defendido que ellos también, excepto la hija pequeña, han sufrido "vejaciones" por parte de su padre, al que han definido como un hombre con "carácter adusto, de malas palabras" al que tenían "miedo" cuando eran niños.

Así lo han expuesto en la segunda jornada del juicio con jurado popular contra M.P.M.R., de 63 años, acusada de matar a su marido, de 77 años, en su domicilio de Tafalla el 2 de noviembre del pasado año. La fiscal solicita 11 años de prisión por un delito de homicidio. Por su parte, el abogado de la defensa, Ángel Ruíz de Erenchun, reclama la absolución al entender que actuó en defensa propia.

El primero de los hijos en declarar, que no convivía en el domicilio familiar pero que fue el primero en llegar a la vivienda, ha relatado como su madre le llamó después del suceso y le dijo "corre, ven a casa que le he clavado un cuchillo a tu padre". Cuando llegó, encontró a su padre "en el suelo" y a su madre "encima tapándole la herida con un trapo o toalla".

Ha manifestado que no preguntó a su madre qué había pasado, ya que, "era obvio". "Le dije tranquila que era ella o él y que no se preocupara", ha afirmado el hijo de la imputada, quien ha destacado que le "extraña" que "no hubiese ocurrido" algo similar antes "aunque me lo imaginaba al revés". "Me temía que algún día se le iba a ir la mano a mi padre e iba a hacer algo", ha agregado.

En este sentido, ha explicado que desde chaval "he presenciado los malos tratos" en su casa, unas "vejaciones" de las que tiene "conocimiento" porque "las he vivido y las he sufrido", aunque su madre "siempre nos lo ha intentado ocultar". Según ha indicado, todos los hijos, excepto la hija menor que era "la niña de sus ojos", han sufrido malos tratos por parte de su padre, al que ha definido como un hombre "con carácter adusto" al que tenían "miedo".

El hijo de la acusada ha señalado que en alguna ocasión se le ocurrió denunciar a su padre pero que no lo hizo porque "era mi madre la que tenía que denunciarle".

Por su parte, la hija menor de la acusada, que vivía en el domicilio familiar, ha explicado que todos sus hermanos han sufrido malos tratos por parte de su padre menos ella, porque "conmigo no era tan ogro, yo era su salvación en la tierra porque el resto de mi entorno y mi familia le daba la espalda". "Cuando alcancé cierto grado de madurez me di cuenta de que mi padre me trataba de forma diferente al resto de familia, a mí no me insultaba, ni me increpaba como a mis hermanos y a mi madre, porque yo era su clavo ardiendo", ha agregado.

Según ha expuesto la hija, a su padre "no le hacía falta ninguna excusa para maltratar" a su madre y ha recalcado que la noche en la que sucedió el homicidio, en la que sus padres discutieron y ella se marchó de la vivienda, "la excusa fui yo y me va a pesar el resto de mi vida". La hija ha asegurado que ha presenciado "agresiones verbales y físicas constantemente, repetitivas desde por la mañana hasta por la noche" de su padre a su madre.

"Mi madre ha sufrido mucho y se ha ganado con creces vivir los días que le quedan dignamente. Es lo más grande que tengo, por favor no me quiten a mi madre", ha pedido la hija al término de su declaración, antes de abrazar a su madre en la sala.

DECLARACIÓN DE LOS POLICÍAS Y EL MÉDICO

En la jornada de este miércoles, también han testificado seis policías forales relacionados con el caso. El agente que llegó en la primera patrulla al lugar de los hechos, junto a un compañero, ha contado que cuando entró en el domicilio se encontró en el pasillo a la mujer llorando con uno de sus hijos, "visiblemente afectada" y "en estado de ansiedad".

Según ha dicho, los agentes consideraron que "dada la gravedad de la situación" si "la dejábamos sola en algún momento podría cometer algún intento de autolisis", por ello, le rogaron a su hijo que "la acompañara a la habitación conyugal para supervisarla en cierto modo". Ha destacado que la acusada estaba "disgustada" y que chillaba "¡ay Dios mío, Dios mío que he hecho, creo que le he matado".

El agente ha precisado que cuando llegó a la vivienda conyugal el hombre "se encontraba con vida" en la cocina y estaba siendo atendido por dos personas del personal sanitario mientras permanecía "tendido en el suelo". En la mesa, ha señalado, le pareció ver "un cuchillo de mango de madera de unos 25 centímetros", aunque "no pudimos apreciar si había restos de sangre y si se podía tratar del arma" porque no llegaron a entrar en la cocina.

Por su parte, uno de los agentes de la policía científica ha contado que la mujer "tenía un moratón muy fuerte en la pierna y otro en el brazo que se veían perfectamente", lesiones que han sido ratificadas por otro de los agentes que se encargó de realizar las inspecciones de la vivienda que ha manifestado que además "tenía un golpe fuerte en el lateral izquierdo de la cara". Ha remarcado que la cocina donde sucedió el homicidio "no estaba prácticamente desordenada".

También ha prestado declaración en la segunda jornada del juicio, como testigo de la fiscalía, el médico que atendió al marido de la mujer acusada, quien ha explicado que llegó al lugar del suceso tras recibir una llamada en el servicio de emergencias en la que informaron de un herido "con una cuchillada en el pecho que sangraba por la boca".

Según ha dicho, cuando llegaron a la vivienda "apareció un todoterreno" con uno de los hijos del matrimonio con el que subieron a la casa, aunque él entró primero. Una vez allí, encontraron al hombre "en una situación grave, en situación terminal" tendido en el suelo de la cocina.

Ha asegurado que se trataba de una herida "profunda" en el torso izquierdo y que vio el arma del homicidio, un cuchillo. Ha explicado que el hombre había "perdido mucha sangre" y que el paciente estaba vivo pero presentaba un "shock hipovolémico", además de "constantes débiles". "Había mucha sangre por todas partes y estuvo unos 20 minutos con vida mientras le prestábamos auxilio antes de fallecer", ha agregado.