Actualizado 01/12/2010 20:20

Javier del Arco (Fundación Vodafone) propone instalar chips en maltratadores y métodos bioquímicos para "domesticarlos"


GIJÓN/OVIEDO, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

El coordinador científico de la Fundación Vodafone, Javier del Arco, ha recomendado este miércoles en Gijón a las autoridades que no les tiemble el pulso a la hora de legislar de manera radical sobre un problema como la violencia de género. Es más, ha apostado por el uso de chips en los maltratadores para un seguimiento más eficaz y por métodos bioquímicos para un cambio conductual, ya que no ha sido posible aún con la cultura "domesticar a este mamífero dominante".

Para Del Arco, en esencia no dejamos de ser primates, por lo que se ven conductas animales, con el resultado de más de 60 mujeres asesinadas este año y otras miles agredidas. Así lo ha hecho antes de participar en unas jornadas organizadas por Cruz Roja sobre Violencia de Género en la Casa Malva tituladas 'La violencia se dice de muchas maneras'.

Asimismo, ha lamentado que, pese a que la tecnología tiene potencialidades para hacer mucho más por esta lacra de la violencia de género, el marco legislativo no sea "más flexible". Para él, puede que existan métodos más sociales que la tecnociencia, pero ha asegurado que son "menos eficaces". Con la tecnociencia, en cambio, se podría "a estas personas de conductas desviadas, transformarlas en seres normales", ha añadido.

Además, ha abogado por acabar con un problema que afea la estructura social de un pueblo y ha mostrado la solidaridad de la Fundación para con las víctimas. También ha reconocido el "arrojo y valentía" de los asistentes por su implicación en este problema.

Las teorías 'tecnocientíficas' no han tenido, en cambio, un gran respaldo en el resto de intervinientes: la presidenta de la Junta General del Principado, María Jesús Álvarez, la directora del Instituto Asturiano de la Mujer, María Fernández Campomanes, el concejal de Hacienda, Santiago Martínez Argüelles, el director nacional de Cruz Roja Juventud, Aitor Murciano, y el presidente de Cruz Roja Asturias, Francisco Fernández Corte.

Argüelles, por su lado, ha pedido poner en valor el marco legal relativo a la violencia de género, que ha dicho que es "de los mejores del mundo". Asimismo, ha indicado que se dispone de los recursos y medios y ha mostrado su preocupación por la repetición de patrones en la relación entre chicos y chicas, más cercanos a los de hace 35 años.

Asimismo, ha destacado el trabajo de la Casa Malva y la labor de Cruz Roja, antes de asegurar que hay ciertas cosas que las administraciones no pueden abordar en soledad. También ha recordado que hace diez años la visibilidad de las mujeres era mucho menor, pero ha incidido en que la de la violencia de género era "nula", al no considerarse un problema social.

UN PASO DE GIGANTE

Álvarez, por su parte, ha señalado que "hay más medios legales que nunca y más apoyo social". Según ella, se ha avanzado mucho ha señalado que el denunciar los malos tratos es "un paso de gigante", aunque lamentado que cada vez que muere una mujer, se da "un gran paso atrás".

También ha dicho que algo falla en la educación cuando los jóvenes repiten conductas machistas y abogó por un conocimiento profundo de la realidad para atajar el problema. "No me cabe ninguna duda d que podremos superar esta lacra", ha asegurado.

En cuanto a Campomanes, ha indicado que hay algo más que una conducta animal, sino que es un fenómeno mucho más complejo que requiere de actuaciones concretas. También se ha referido a la Casa Malva y a la actuación biopsicosocial que se hace con las víctimas. En toda la red, se atienden 400 personas anuales, la mitad de ellas aproximadamente son hijos de las víctimas.

Por su parte, el responsable de Cruz Roja Juventud ha apostado más una intervención social que científica y ha puesto el origen del problema en "la sociedad machista que nos tocó vivir". En su opinión, el cambiar esa sociedad es el reto que hay que lograr.