Actualizado 01/07/2015 23:35

Moncho Ferrer: "Gente que nunca han tenido esperanza, ahora tienen una seguridad de futuro"

Moncho Ferrer y Carmen Moriyón
EUROPA PRESS

El hijo de Vicente Ferrer asegura que Anantapur es "un sitio de milagros" en el que "poquito a poquito" va cambiando la mentalidad

GIJÓN, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -

El hijo de Vicente Ferrer y director de programas de la Fundación del mismo nombre, Moncho Ferrer, ha destacado este jueves en Gijón la labor que desarrolla esta organización en la India y que contribuye no solo a mejorar la calidad de vida de las mujeres y de otros colectivos desfavorecidos, sino también a llevar un cambio de mentalidad en una sociedad encorsetada en las castas. "Gente que nunca han tenido esperanza, ahora tienen una seguridad de futuro", ha indicado.

Así lo ha indicado durante la inauguración de la exposición 'Mujeres. La fuerza del cambio en la india', en la plaza del Marqués, acompañado de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón (Foro), y del director de la Fundación Vicente Ferrer en España, Jordi Folgado.

Una labor que en la actualidad da atención a casi tres millones de personas en una de las zonas más pobres de la India, Anantapur, cuenta con cuatro hospitales, a los que diariamente acuden entre 3.000 y 4.000 pacientes, y 21 escuelas propias para discapacitados físicos e intelectuales, además de otras más de 2.000 complementarias.

A este respecto, Ferrer, que ha resaltado también el papel que desarrolla su madre, Ana Ferrer, en la Fundación desde su creación, ha incidido en que todo ello ya lo había soñado su padre 40 años atrás, cuando escribió sus planes sobre lo que quería hacer. Unos papeles que aún conservan en el Norte de la India donde trabajó primeramente. "Tenía un plan de futuro 40 años antes", ha enfatizado, antes de dejar claro que ahora es su responsabilidad mantener la obra iniciada por sus padres.

Ferrer ha explicado que en esta exposición se muestra el trabajo de la Fundación a través de los logros conseguidos por siete mujeres a las que han ayudado y que representan a muchos miles más. Entre estos logros, está Hemavathi, que construyó su nueva casa, Vani, que lucha contra el VIH, Dirjamma una maestrea o Likita, que de mayor quiere ser ingeniera.

MOMENTO PARA EL CAMBIO

"El cambio es posible", ha incidido, para luego resaltar que también lo es el erradicar la pobreza o tener una sociedad con más igualdad social. Como ejemplo, ha recalcado que de no tener prácticamente escuelas, el pasado año llegaron a la Universidad casi 20.000 jóvenes. "En menos de una generación, ha cambiado todo", ha asegurado.

La Fundación, según él, lleva a cabo un trabajo integral de sanidad, educación, trabajo con mujeres, personas con discapacidad, vivienda y todo lo que tiene que ver con el desarrollo de un pueblo.

Para él, es "imprescindible" un cambio de mentalidad en la India. Y es que, en su opinión, erradicar la pobreza es "mucho más fácil" que la injusticia social que hay en la India y que, a su parecer, es "muy fuerte". "Si eres discapacitado, de casta baja, pobre, es lo peor que tienes", ha remarcado. Por este motivo, ha apuntado a la importancia de implicar en el proyecto que desarrolla la Fundación a cuanta más gente mejor para hacer una sociedad "más justa".

Ferrer, por otro lado, ha reconocido que han notado la crisis en cuanto aportaciones, aunque "no mucho", algo que ha atribuido a que la gente "tiene una solidaridad muy fuerte". "Dejar de colaborar es lo último que van a hacer", ha opinado, aunque ha visto necesario que más personas se impliquen para llegar a más sitios. En la actualidad, trabajan 2.500 personas en la Fundación en más de 3.000 pueblos.

UN PASO GIGANTE

"Los que sufren la pobreza más son las mujeres y las niñas", ha apuntado, para después concretar que para paliar la situación se ha creado el proyecto de microcréditos y grupos de mujeres. Esto ha posibilitado un compromiso escrito, y colgado en las escuelas, de las gentes del lugar para que en sus pueblos respectivos no haya "nunca más" bodas infantiles.

"Es un paso gigante", ha asegurado, quien reconoce que siguen existiendo este tipo de bodas, "pero mucho menos", ha apostillado. "Ahora casi todas son escondidas", ha apuntado sobre las ceremonias. Antes se casaban las niñas con 12 o 13 años, por lo que es importante que estas sigan estudiando.

De hecho, ha explicado que se trabaja en cuanto al cambio de mentalidad con todo el pueblo, pero especialmente con los jóvenes, a los que se trata de llegar también por medio del deporte. "Vamos poquito a poquito", ha añadido, para después incidir en que los jóvenes "son el futuro" ya que es más fácil cambiar su mentalidad que la de los mayores.

Otro de los retos es el trabajo con personas con discapacidad. En este punto, ha remarcado que en el distrito de Anantapur tienen escolarizados a todos los niños invidentes. Ha puntualizado que allí nadie creía que podían aprender a leer y escribir y ahora están llegando incluso a la Universidad. De hecho, la sociedad de allí lo considera "un milagro". "Anantapur es un sitio de milagros", ha destacado.

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