Actualizado 08/01/2013 16:01

El acusado de agredir, violar e intentar asesinar a una joven de 21 años alega enfermedad mental por drogadicción

Acusado de violar e intentar matar a joven en Magalluf
EUROPA PRESS

La Fiscalía reclama 23 años de prisión para el inculpado


PALMA DE MALLORCA, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -

El acusado de golpear, agredir sexualmente e intentar asesinar a una joven de 21 en la madrugada del 30 de mayo de 2008 en Magalluf, causándole heridas que a causa de su gravedad podrían haber resultado mortales de haber evolucionado sin asistencia médica, ha alegado ante el tribunal que le juzga desde este martes que le fue diagnosticada una enfermedad mental relacionada con la drogadicción y que en aquella época era consumidor de cocaína.

Durante su declaración en el juicio que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma, Mohamed Fadel E.A., quien se enfrenta a una petición de 23 años de prisión, se ha negado a responder a las preguntas de la Fiscalía mientras que en respuesta a las que le ha formulado su abogado, Carlos Portalo, ha incidido en que consumía los estupefacientes desde 2004 hasta su detención y que, tras serle diagnosticada su enfermedad en Marruecos "nunca la admití ante nadie".

Tal y como ha aseverado al respecto el reo, acusado de los delitos de asesinato con alevosía en grado de tentativa -por el que la Fiscalía pide 12 años de prisión- y agresión sexual con violencia e intimidación y acceso carnal -11 años-, estaba sometido a un tratamiento bajo el cual tomaba "un montón de medicamentos" y con el que, sin embargo, no prosiguió al ingresar en prisión preventiva puesto que "nadie lo sabe".

Mientras tanto, Cheryl M.M., de nacionalidad británica, ha recordado cómo, tras regresar a su apartamento la madrugada de los hechos al término de su jornada laboral, el acusado se encontraba en las escaleras del edificio y le pidió un cigarrillo, ante lo cual, ha manifestado, "empecé a sacar todas las cosas de mi riñonera porque tenía miedo y pensaba que me iba a robar".

A preguntas del fiscal, la joven ha relatado que cuando comenzó a subir las escaleras, él hizo lo mismo para ir al piso de "unos amigos suyos que vivían en el mismo edificio", si bien cuando ella fue cerrar la puerta de su apartamento, el acusado le dio "un puñetazo en la cara".

Según ha recordado la perjudicada, tras ello el hombre le puso la mano en la boca y le dijo que "callara o me mataría", arrastrándola después hasta el apartamento, que el acusado cerró con llave, y llevándola hasta el balcón, donde se bajó los pantalones mientras la joven "lloraba y estaba en estado de 'shock'". Tras obligarla a ducharse, a continuación la llevó al dormitorio, saltó encima de ella y consumó sus deseos sexuales "mientras me tiraba del pelo".

Sin embargo, tal y como ha aseverado, los hechos no finalizaron ahí puesto que acto seguido Mohamed Fadel E.A. "puso sus manos alrededor de mi cuello y perdí el conocimiento", periodo tras el cual "me desperté y estaba en el suelo, sola y confundida, son sangre en el suelo y en mi pecho". Fue en ese momento cuando él regresó a la habitación, "gritándome para que volviera a la cama y poniéndome con la cara mirando a la pared".

La británica ha relatado que, en ese instante, el inculpado volvió a salir del cuarto para volver con un cuchillo -que ha sido exhibido durante la vista oral- que le clavó en el cuello. "Comencé a gritar, pensé que quería que muriera y volvió a clavármelo en el tórax", ha recordado Cheryl M.M., quien ha apostillado que en ese momento notó que al respirar "hacía un ruido extraño y pensé que ya no podía respirar".

"Yací sobre la cama aguantando la respiración para no hacer ruido, y es cuando él debió de irse de la vivienda", ha manifestado la víctima, que tras varios minutos logró salir de la vivienda y del edificio arrastrándose hasta llegar a un restaurante que había en la esquina de la vivienda, donde pidió ayuda. "Ha sido la peor experiencia de mi vida", ha reconocido la joven, quien ha relatado que durante varios años ha requerido tratamiento psicológico debido a los ataques de pánico que "sufría día y noche porque temía que él volviera".

La acusación pública reclama asimismo una indemnización de 20.000 euros para la víctima por las lesiones, las secuelas y el daño mortal sufridos, si bien durante su comparecencia, al ser preguntada sobre ello, la joven ha manifestado que "lo único que quiero es que vaya a la cárcel".

Mientras tanto, antes de que declarase el acusado, su letrado ha puesto de manifiesto como cuestión previa que se hayan vulnerado los derechos fundamentales a la intimidad, a un proceso con todas las garantías y a la tutela judicial efectiva al recordar cómo, después de que el Juzgado encargado de las pesquisas las archivase en julio de 2009, en agosto de 2011 fueron reabiertas por otra instancia judicial tras la detención del inculpado "fruto de una investigación de la que en ningún caso tuvo conocimiento el Juzgado competente".