Actualizado 19/05/2010 19:44

Condenado a nueve años de prisión por intentar matar a su pareja con un cuchillo

La joven agredida se muestra "más tranquila" después de conocer la condena y anima a todas las mujeres a denunciar


PAMPLONA, 19 May. (EUROPA PRESS) -

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra condenó hoy al joven Julián Gallego a 9 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, otro de lesiones y un delito de maltrato no habitual, por intentar matar a su novia con un cuchillo en un domicilio de Barañáin.

El acusado no podrá visitar Pamplona, ni cinco localidades de la Comarca, durante 18 años y tiene una orden de alejamiento de 500 metros sobre la víctima. Además, tendrá que indemnizar a la joven agredida con 24.580 euros, según la sentencia dictada de conformidad esta mañana en la primera jornada del juicio por estos hechos.

El Fiscal pedía también 7 años de prisión por un delito de abuso sexual, aunque finalmente, tras llegar al acuerdo, el joven ha sido condenado a 6 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, a dos años por un delito de lesiones y a 12 meses de cárcel por un delito de maltrato no habitual.

Según el escrito del fiscal, los hechos se remontan al 15 de enero de 2009, cuando hacia las 4.00 horas el acusado llegó a un domicilio en Barañáin, donde convivían ambos, cogió un cuchillo de la cocina y se dirigió a la habitación en la que se encontraba la víctima.

El joven entró en la habitación, apagó la luz y le recriminó que "le había buscado la ruina y que él se la iba a buscar a ella". Tras decir esto, detalla el texto, el acusado se colocó encima de la joven y "con la intención de terminar con su vida" dirigió el cuchillo al cuello "produciéndole un corte en el mismo".

Al oír los gritos de la víctima, detalla el Ministerio Público, su padre, que se encontraba durmiendo en el sofá del domicilio, se encaminó a la habitación y se abalanzó sobre el acusado para quitarle el cuchillo que aún portaba en la mano.

Como consecuencia de los hechos, la víctima sufrió "una herida incisa en la mano izquierda y dos heridas incisas en el cuello en la región submandibular que le ocasionaron una hipoestesia". Según el escrito fiscal, a la joven le han quedado como secuelas físicas dos cicatrices de 4 y 3,5 centímetros en el cuello, otra de 3 en la zona palmar de la mano izquierda y una cicatriz de 4 centímetros en la zona pretibial, además de transtornos psicológicos.

"NO HAY QUE CALLARSE"

La joven agredida, Leticia Casanellas, se mostró "mucho más tranquila" después de conocer la sentencia y aseguró que ha pasado "un año y medio muy malo que no se lo desea a nadie". Según explicó en declaraciones a Europa Press, prefiere haber llegado a un acuerdo con la otra parte para ahorrarse "el mal trago del juicio" y "acabar con esto cuanto antes". "Quiero olvidarme del tema", agregó.

Casanellas, que aseguró que está "con la conciencia muy tranquila porque sé que no he hecho nada", destacó que tenía miedo de que en el juicio el acusado, al que no ha visto desde el día de la agresión, "intentara dar la vuelta a la historia".

La joven lamentó que la familia del agresor no haya intentado ponerse en contacto con ella en ningún momento desde el suceso y afirmó que "el único contacto" que ha tenido fue con la madre del acusado que le llamó el día que le denunció "para pedirme que por favor la quitara, porque sino su hijo se iba a quedar sin trabajo".

En todo caso, Casanellas aseguró que ya está "muchísimo mejor" y animó a todas las mujeres víctimas de violencia de género a denunciar a sus parejas. "No hay que callarse, yo estuve dos meses sin decir nada, hasta que al final no pude más", agregó.

La madre de Nagore Laffage, Assun Casasola, se acercó hoy hasta Pamplona para mostrar su apoyo a Leticia Casanellas a la espera de que el recurso que presentaron ante el Tribunal Supremo prospere y José Diego Yllanes, el autor confeso de la muerte de su hija, sea declarado culpable de un delito de asesinato y no de homicidio.