Actualizado 13/04/2010 16:07

Piden 10 años de prisión por intentar quemar a su novia en Girona y amenazar a agentes

GIRONA, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -

El fiscal pidió hoy una pena de 10 años de prisión por dos delitos de tentativa de homicidio y un delito de atentado a agentes de la autoridad para un marroquí que presuntamente intentó quemar a su pareja y amenazó a los Mossos d'Esquadra y a la Policía Local de Palamós (Girona) de quemarlos a ellos también. La defensa, por su parte, pidió la absolución.

Los hechos tuvieron lugar entre el 25 y el 28 de noviembre de 2008, en Platja d'Aro (Girona) y Palamós. El primer día, después de una discusión, el procesado, según la versión de la víctima, intentó rociarla con gasolina para después prenderle fuego. La mujer forcejeó con el agresor y finalmente pudo tirar la botella que contenía la gasolina y el mechero con el que quería encenderla al suelo y escapó.

Después de lo sucedido, la víctima decidió denunciar los hechos. Entonces, como medida de protección se la llevó a un hotel de Palamós. Una vez allí, tres días después de lo ocurrido, víctima y procesado hablaron por teléfono y la mujer le explicó dónde se encontraba y le dijo al hombre que fuera a verla haciéndose pasar por su hermano.

Cuando llegó al hotel, la víctima dijo a recepción que no quería ver a nadie y no dejaron pasar al acusado. Éste salió del establecimiento y desde una cabina telefónica llamó a la policía preguntando porqué se le buscaba.

Cuando los agentes llegaron al lugar dónde se encontraba, debido a los nervios, el procesado cogió una botella de litro y medio que tenía en el coche llena de gasolina y se roció con ella y amenazó con quemarse él y prender fuego también a los Mossos si éstos se acercaban a él. Al final los agentes consiguieron reducirlo, quedando todos ellos impregnados con gasolina.

El acusado negó querer matar a la víctima y aseguró, durante la vista celebrada esta mañana en la Audiencia de Girona, que cuando la mojó de gasolina fue debido a una discusión que mantuvieron mientras él llevaba el depósito del coche con una garrafa ya que se habían quedado tirados.

La víctima, que ofreció una versión con muchas contradicciones, reconoció haber llamado al acusado y contarle dónde se encontraba alojada.

Los psicólogos que entrevistaron a la mujer después de lo sucedido detallaron que sufre "un trastorno de estrés postraumático, con síntomas de tipo ansioso y depresivo". El juicio quedó visto para sentencia.