Actualizado 31/08/2010 20:37

La Policía descarta una vinculación entre los objetos encontrados el domingo y la desaparición de Sonia Iglesias

PONTEVEDRA, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Policía Nacional ha descartado cualquier vinculación de los objetos encontrados en la batida del domingo con la desaparición de Sonia Iglesias Eirín, la mujer que desapareció en Pontevedra el 18 de agosto.

De los 150 objetos localizados en el multitudinario rastreo, la investigación centró su análisis en detalle en tres prendas de vestir femeninas que, finalmente, no aportaron pistas fiables sobre la desaparición de esta mujer, según han confirmado fuentes oficiales.

La investigación sobre la desaparición hace trece días de la pontevedresa Sonia Iglesias Eirín, de 38 años, mantiene abiertas distintas hipótesis de trabajo que giran entorno a dos ejes, su relación sentimental y la aparición de su cartera.

Este efecto personal, que contenía tarjetas de crédito, documentación y una foto de su hijo, fue entregado por un viandante en la Comandancia de la Guardia Civil. Posteriormente, y dada la trascendencia que tenía, fue de inmediato derivado a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), encargada de la investigación.

RELACIÓN SENTIMENTAL

En los últimos días, dos hermanos de Julio Araújo, compañero sentimental y padre del hijo de Sonia Iglesias, han sido llamados a declarar por los agentes que investigan la desaparición de esta pontevedresa.

Tras sus testimonios, la Policía también ha vuelto a interrogar a Julio Araujo, ya que a la luz de los pocos datos que se están reuniendo, surgen algunas lagunas en sus declaraciones anteriores. Sonia Iglesias había transmitido a algunos allegados y familiares que tenía intención de separarse de su compañero sentimental.

Según el primer testimonio prestado fue José Vilas, propietario de la Zapatería Vilas, la última persona que vio a la mujer en la mañana de su desaparición, el 18 de agosto, sobre las 10.15 horas de la mañana.

Dos testigos más confirman haber coincidido con ella a esa hora en la calle de la Oliva, minutos más tarde, otros conocidos suyos afirmaron haber visto a Sonia, sobre las 11.30 horas, en las proximidades de la glorieta Compostela, en el centro de Pontevedra.

Debía entrar en el trabajo en el turno del mediodía en la tienda Massimo Dutti, ubicado en la céntrica calle de Benito Corbal. La señal de alarma se encendió cuando, minutos después de las 13.30 horas, Sonia no se incorporó a su trabajo puesto que "nunca llegaba tarde".

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