MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
El informe 'Género y Cambio Climático: un diagnóstico de situación' publicado por el Instituto de la Mujer refleja que el 80 por ciento de personas refugiadas climáticas son mujeres.
El documento constituye un trabajo de recopilación de análisis de la última década sobre cambio climático, desde la perspectiva de género, ofreciendo un "amplio panorama" sobre la materia.
El informe pone de manifiesto cómo las mujeres se ven más afectadas por las consecuencias del cambio climático, cómo tienen una mayor concienciación frente al mismo y cómo adoptan en mayor medida comportamientos respetuosos con el medio ambiente.
En este contexto, a partir de encuestas e investigaciones analizadas por la institución, señala que las mujeres, niños y niñas pueden tener hasta catorce veces más probabilidades de morir en caso de desastres naturales en los países con más desigualdad de género.
Además, el estudio destaca que el 72 por ciento de la población española considera importante la incidencia del consumo sobre el cambio climático, superando la media europea (67%). Por sexos, así lo consideran el 77 por ciento de las mujeres, frente al 67 por ciento de los hombres.
El documento indica que el 86,2 por ciento de las mujeres considera totalmente o bastante importante la sostenibilidad de los productos de alimentación que compran, mientras que el porcentaje desciende 17,1 puntos porcentuales en los hombres.
El 84,3 por ciento de ellas estaría dispuestas a pagar más por productos producidos de manera sostenible (4,1 puntos porcentuales más que los hombres); y el 72 por ciento ha disminuido el consumo de carne, en este caso representan 12 puntos porcentuales más que los hombres.
El informe publicado por el Instituto de la Mujer también pone de manifiesto que existe una mayor tendencia de las mujeres a separar de residuos, a utilizar medios de transporte público o compartidos.
Entre los principales desafíos a afrontar en la lucha contra el cambio climático, la institución apuesta por realizar una transición climática socialmente justa con sistemas de protección social adecuados que eviten bolsas de pobreza energética; medir de forma sistemática el impacto diferencial en mujeres y hombres; y fomentar la participación paritaria de mujeres y hombres en el análisis de las necesidades, la adopción de decisiones y la puesta en marcha de actuaciones.
Entre las recomendaciones, el documento destaca la necesidad de introducir el enfoque de género en las líneas de acción relacionadas con la producción, gestión y uso de la energía; con los ecosistemas del agua; con la gestión y eliminación de residuos y la contaminación del aire, así como en la protección de la biodiversidad, los modelos de consumo o la agricultura sostenible.
La directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno, ha destacado que el "ecofeminismo" es una corriente del feminismo que "ha adquirido cada vez más relevancia ante la grave crisis climática del planeta" y que representa "el camino para combatirla y evitar que sus efectos agraven la discriminación de las mujeres".
