Actualizado 22/01/2019 14:32

Los niños españoles envían tres millones de euros a los misioneros

Niños españoles en Sembradores de Estrellas en diciembre de 2018 en Madrid
OMP

   MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Obras Misionales Pontificias (OMP) de España envió en 2018 a los misioneros que trabajan con la infancia necesitada en el mundo casi 3 millones de euros que los niños españoles aportaron un año antes en el marco de la Jornada de Infancia Misionera, que este año se celebrará el próximo domingo 27 de enero en toda España bajo el lema 'Con Jesús a Belén ¡Qué buena noticia!'. Actualmente, en el mundo hay unos 12.000 misioneros españoles, el 54 por ciento mujeres.

   Con esos casi 3 millones de euros se han podido financiar 516 proyectos en 39 países, con 770.000 niños beneficiados. Por continentes, el 83 por ciento de los fondos fueron para África, seguida por América (14 por ciento), Asia (2,2 por ciento) y Europa Oriental (0,5 por ciento).

   Esta cantidad es solo una parte de los 16,3 millones de euros que se enviaron en 2018 a partir de las donaciones de los niños de todo el mundo. Los que más aportaron a este fondo fueron los menores de Europa, con 10,6 millones, seguidos por los americanos, con 2,6 millones; los asiáticos, con 1,7 millones; los africanos, con cerca de 736.000 euros; y los niños de Oceanía, con 730.000 euros. Con estos fondos se pudieron sostener 2.694 proyectos.

   El director de Obras Misionales Pontificias en España, José María Calderón, ha explicado este martes 22 de enero en rueda de prensa en Madrid que el dinero "no es lo más importante" de esta Jornada sino "crear conciencia en los niños de que ellos pueden hacer algo, tomar parte activa en la labor de la Iglesia, tomar como parte suya el trabajo de los misioneros".

   En cualquier caso, también ha puesto de manifiesto la importancia de la cantidad recaudada que va destinada a misioneros que trabajan en hospitales infantiles, escuelas, maternidades o en la labor pastoral con la infancia.

MISIONERO EN EL SAHARA OCCIDENTAL

   Uno de esos misioneros es Mario León Dorado, prefecto apostólico del Sahara Occidental, que ha contado cómo la infancia misionera puede ayudar en medio del desierto, en un lugar donde "apenas hay cristianos". En concreto, la prefectura del Sahara Occidental cuenta con dos parroquias: la Iglesia de San Francisco de Asís (El Aiún) y la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (Dajla); y una pequeña capilla en el Puerto de El Aiún.

   "Yo no he bautizado a ningún marroquí, a ningún musulmán (convertido). No me siento allí para eso", ha matizado León, para subrayar que allí la Iglesia está para ayudar a "los vecinos musulmanes". "Nos encontramos allí a muchos pobres, a ellos nos dedicamos en cuerpo y alma", ha asegurado, al tiempo que ha destacado que muchos de los que ayudan son niños y jóvenes.

   En su caso, cada año solicitan unos 7.000 euros de subsidio ordinario y con esta cantidad responden a algunas de las principales necesidades como los migrantes, las familias pobres o las mujeres que se quedan embarazadas "muchas veces buscando dar a luz en España" pero que acaban teniendo a su hijo allí.

   Además, su colaboración más importante es con el Centro de Discapacitados de Dajla, dirigido por un musulmán con discapacidad, Mohamed Fadel, quien ha asegurado a través de un vídeo que Infancia Misionera ha sido como "la columna vertebral" del centro pues gracias a sus aportaciones pueden atender a 60 niños.

   Sobre la situación del Sahara Occidental, el misionero ha afirmado que no viven en "las nubes" y que se aprende a "capear el temporal" pero ha reconocido que le "preocupa en la medida en que le impida acompañar a los vecinos" con los que vive. En cuanto a la visita del Papa Francisco a Marruecos, espera "muchas cosas a nivel de diálogo".

   Además, este año, OMP quiere dar un "nuevo impulso" a la infancia misionera en España y por ello, ha desarrollado un proyecto de formación misionera bajo el título 'Con Jesús niño a la misión', a través del cual, durante los próximos cuatro años, se ofrecerán recursos a los niños para que conozcan a Jesús desde "su misma estatura", desde que nace hasta la adolescencia.

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