Actualizado 12/06/2019 14:54

Veinte años del Convenio sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil y 73 millones de niños jugándose la vida a diario

Venezuela, entre los países epicentro de la explotación laboral infantil que llevan años sin hacer progresos al respecto
FINBARR O'REILLY / REUTERS - Archivo

   MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Este miércoles 12 de junio se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que este año coincide con el vigésimo aniversario de del Convenio 182 sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil de la OIT, adoptado el 17 de junio de 1999 en Ginebra (Suiza).

   Aunque este tratado está cerca de la ratificación universal --sólo , todavía hay en el mundo 73 millones de niños que se juegan a diario la vida por la peligrosidad de las tareas que están obligados a realizar, según los últimos datos de UNICEF.

   Para la OIT, entre las peores formas de trabajo infantil se encuentra la esclavitud a la que son sometidos niños en todo el mundo: se les retiene contra su voluntad y acaban siendo propiedad de otra persona para la que están obligados a trabajar. Los niños esclavos son, además, víctimas de malos tratos y abusos sexuales.

   La trata infantil, que supone el comercio ilegal de niños para su explotación laboral o sexual, es otra de las lacras del mundo actual, junto a la servidumbre por deudas (mano de obra barata para reembolsar un préstamo). "Una familia pobre puede entregar a uno de sus hijos en pago de una deuda, y el niño tendrá que trabajar durante años hasta saldarla", explica la OIT.

   Los niños en el mundo también son víctimas de trabajo forzoso, en contra su voluntad: desde combatir en conflictos armados a servir de cocineros, cargaderos o mensajeros, siendo objeto, además, de malos tratos y explotación.

   "La explotación sexual es maltratar, abusar o sacar ventaja de alguien con afán de lucro o beneficio personal, implicándolo en la prostitución o en actividades de comercio sexual", indica esta organización, que denuncia que hay millones de menores en el mundo víctimas de estas prácticas, entre las que también se incluye la pornografía.

   La participación de niños en actividades ilícitas --producción y tráfico de estupefacientes-- se incluye en este listado de las peores formas de trabajo infantil, al igual que la mendicidad organizada. Todos ellos corren el riesgo de sufrir castigados y malos tratos si no consiguen el objetivo de sus explotadores, denuncian las organizaciones de protección de la infancia.

   Además, alertan sobre todos aquellos trabajos que puedan perjudicar la salud o el binestar de los niños, como los que se desarrollan en entornos peligrosos como las minas, donde corren el riesgo de lesionarse o morir; en la industria o en lugares en los que están en contacto con productos químicos o sustancias tóxicas, como el plomo o el mercurio.

   "En la mayoría de los casos los niños no disponen de equipos de seguridad o utilizan equipos de adultos que no se ajustan a sus dimensiones y no les garantizan una protección adecuada", advierte la OIT.

   También se consideran peligrosos los trabajos en los que los niños están expuestos a condiciones meteorológicas extremas, como pleno sol, frío o lluvias torrenciales, y sin la protección, calzado o ropa adecuada; o en lugares con poca vetilación, sin agua potable ni servicios sanitarios ni iluminación.

   La Organización Internacional del Trabajo subraya que todas estas categorías de trabajos y circunstancias repercuten no sólo en la salud de los menores, sino también interfieren en su educación, pues la mayoría de los que trabajan en estos entornos peligrosos no disponen de tiempo para asistir a la escuela: "Las familias dependen de sus menudos salarios para sobrevivir".