Actualizado 24/01/2013 16:22

AMP.- La madre de los bebés congelados en Pilas (Sevilla) no sufre patología mental, según el informe psiquiátrico


SEVILLA, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) que realizaron el informe psiquiátrico a Sara L.H., la madre de los dos bebés hallados congelados en noviembre de 2012 en una vivienda de Pilas (Sevilla), han concluido que la imputada "no sufre ninguna patología mental", según han informado a Europa Press fuentes del caso una vez que el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Sanlúcar la Mayor ha levantado el secreto de sumario.

Las mismas fuentes han señalado que el informe definitivo de autopsia realizado sobre el primero de los bebés, localizado en un congelador el pasado 9 de noviembre, concluye que murió por asfixia, aunque no se ha podido determinar si la causa fue la inmersión en agua, pues la imputada reconoció en su declaración que dio a luz en la bañera del domicilio en el que convivía junto a su marido y sus dos hijos de 14 y 11 años de edad.

Por su parte, la autopsia realizada sobre el segundo de los bebés, encontrado el 27 de noviembre en un arcón congelador distinto al primero, aún no se ha completado, ya que permaneció más tiempo congelado, lo que complica el examen forense, han dicho las fuentes consultadas.

La imputada, que una vez ingresó en prisión dio a luz a una niña en el Hospital Virgen de Valme, aseguró en su declaración judicial que "ocultó" los embarazos a su familia y entorno más cercano, incluidas sus compañeras de trabajo, ante las que se cambiaba, añadiendo que "nadie le asistió" en los partos.

EL MARIDO LE AMENAZÓ CON DEJARLA SI SE QUEDABA EMBARAZADA NUEVAMENTE

Al hilo de ello, aseguró que su marido, que se ha personado en el caso como acusación particular, "no quería tener más hijos" y que "temía a la reacción del entorno" respecto al primero de los embarazos, por lo que decidió ocultarlo, porque además su pareja "le amenazó muchas veces con dejarla si se quedaba embarazada".

No obstante, este extremo fue negado en su declaración por el marido, que aseveró que hubiera aceptado el hecho de que llegar nuevos hijos al matrimonio.

La imputada relató que el primero de los partos tuvo lugar el día 24 de junio de 2011, cuando aprovechó que su marido y sus dos hijos habían abandonado la vivienda familiar tras desayunar para dirigirse a la bañera, donde finalmente dio a luz, asegurando que el recién nacido "ni lloraba ni se movía", por lo que creyó que había nacido muerto.

EL PRIMER PARTO "FUE MUY RÁPIDO" Y TUVO LUGAR EN LA BAÑERA

En este sentido, la imputada explicó que se metió en la bañera "porque sabía que no había tiempo, estaba muy nerviosa y tenía miedo", señalando que el parto se produjo "muy rápido, en muy pocos minutos, a la segunda o tercera contracción", momento en el que abrió el grifo "para evitar que el bebé se golpeara" en la bañera.

La imputada afirmó que el menor "no estuvo mucho tiempo sumergido" en el agua de la bañera, así como dijo no recordar haberle cortado el cordón umbilical, "aunque sí lo presionó para que no sangrara", añadiendo que a continuación "expulsó la placenta y quitó el agua, permaneciendo sangrando un rato".

Después, "metió el bebé en una bolsa, la ató y la guardó" en el congelador, ya que "no le parecía bien tirarlo en un contenedor", dijo en su declaración ante el juez instructor, en la que también aseguró que "no quería desprenderse de él ni olvidarlo". De hecho, "si hubiera nacido vivo, se lo habría quedado".

Respecto al segundo de los bebés hallados congelados, que llevaba más tiempo en el congelador que el primero al ser de un parto anterior, la imputada dijo no recordar nada de haber estado embarazada, mientras que, en relación al tercero de los partos --el que se produjo una vez ingresó en prisión--, ha dicho que "se lo contó a su madre y a su hermana en septiembre de 2012, pero ambas le guardaron el secreto".