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MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Jordania, Abdulá Ensur, ha reiterado que Amán mantendrá una política de "puertas abiertas" a la entrada de refugiados sirios que huyen de los combates que tienen lugar en el país desde hace dos años y medio, al tiempo que ha reclamado un mayor apoyo por parte de la comunidad internacional para hacer frente a la carga que supone la situación para el país, según ha informado la agencia estatal de noticias jordana, Petra.
Jordania ha acogido desde marzo de 2011 y hasta el momento a alrededor de 560.000 sirios que han huido del país a consecuencia del conflicto armado. El Gobierno anunció en agosto sus planes para abrir un tercer campamento de refugiados para aliviar la sobrepoblación en los otros dos ya existentes en el país.
El más grande de ellos, el de Zaatari --ubicado en Mafraq (noroeste), acoge a 130.000 personas, lo que lo convierte en el cuarto núcleo de población del país y en el segundo campamento de refugiados más grande del mundo.
La afluencia de refugiados está poniendo a prueba las infraestructuras jordanas ya que ha causado un incremento de la demanda de agua, electricidad, alojamiento, alimentación y enseñanza. En agosto, Amnistía Internacional denunció que las autoridades no permiten la entrada en el país a ciertas categorías de personas, como refugiados palestinos e iraquíes procedentes de Siria, personas sin documento de identidad o varones solteros.
Algunas zonas residenciales tienen dificultades para alojar a grandes grupos de refugiados y la frustración cunde en muchos sectores de población ante la subida de los alquileres y el aumento de la competencia por el empleo.
En este sentido, el ministro de Trabajo de Jordania, Nidal Qatamin, anunció el lunes que su Gobierno planea deportar a 15.000 trabajadores "ilegales", entre ellos 5.723 ciudadanos sirios, en caso de que no regularicen su situación antes del 11 de noviembre.
"Serán deportados a menos que obtengan los permisos requeridos y legalicen su situación", dijo. Asimismo, explicó que la decisión tiene como objetivo "dar trabajo a los jordanos".
Qatamin destacó que estos trabajadores en situación irregular se encuentran en todos los sectores empresariales, al tiempo que argumentó que su deportación "ayudará a regular el mercado de trabajo jordano y a reducir las irregularidades".
