Actualizado 22/09/2008 18:07

Piden 12 años de cárcel para un hombre acusado de violar a una niña de 13 años que conoció por Internet

BARCELONA, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Barcelona jugazó hoy a un hombre acusado de violar a una niña de 13 años a la que conoció en 2006 por Internet después de que lo acogiera a él y a su hijo de cuatro años en su casa de Montcada i Reixac. La Fiscalía pide provisionalmente 12 años de prisión y una indemnización de 12.000 euros por un delito de agresión sexual a una persona especialmente vulnerable.

En su escrito de acusación, el Ministerio Público sostiene que la menor y el procesado, Óscar G.C., se conocieron en noviembre de 2006 a través de un 'chat'. Varios días después, él se presentó con su madre y unos familiares en el domicilio de la víctima --que residía con su hermano de cinco años y la madre de ambos.

Al día siguiente, Óscar G.C. regresó al piso con su hijo de cuatro años y les pidió que les dejaran dormir con todos ellos en la casa porque a su propia madre --que padecía cáncer de mama-- debían hacerle varias pruebas médicas y no tenía con quien dejar al pequeño.

La niña, que actualmente vive con su abuela bajo la tutela la Dirección General de la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), pidió a su madre, Salvadora M., que les dejara dormir con ellas en la casa porque le "daba pena" dejar al niño en la calle.

El primer día, Óscar G.C. se mostró "muy cariñoso" pero esa noche entró en su dormitorio, la cogió de las muñecas, le tapó la cara con una almohada para ahogar sus gritos y la violó. A la mañana siguiente, "muy agresivo y violento", les quitó las llaves para que no pudieran salir, cortó el teléfono y rompió el móvil de la chica para que no pudieran alertar a los Mossos d'Esquadra.

Esa noche, el procesado --que estaba casado con una joven gitana de 15 años-- intentó violarla de nuevo pero fue sorprendido por Salvadora M. y, como no pudieron echarlo del domicilio, durmieron en la misma habitación los dos hermanos, y con su madre.

Por la mañana, lograron que Óscar G.C. les permitiera ir al Centro de Atención Primaria (CAP) para tomar la pastilla poscoital con la condición de que la chica explicara que había mantenido relaciones sexuales con un joven de 16 años. Para asegurarse de que no lo delataran, esperó en el exterior del centro sanitario con su hijo y el hermano de la víctima y amenazó a ésta con que una sobrina de Óscar G.C. la mataría.

Esa tarde, la madre logró salir de la vivienda y llamar desde una cabina telefónica a los Mossos d'Esquadra, que se presentaron poco después en el lugar y arrestaron al acusado, quien reconoció haber mantenido relaciones sexuales "consentidas" con la menor.

La joven cree que el acusado se había presentado en su casa porque quería casarse con ella, pero negó al tribunal que quisiera mantener ninguna relación con el imputado. "Él podía ser mi padre" y "yo era y soy una niña", sentenció la chica, que ahora tiene 15 años.

Por su parte, el acusado explicó que, después de dos meses 'chateando', iniciaron una relación sentimental, y la chica, que le dijo que tenía casi 17 años y que era gitana, como él, le pidió que fuera a su casa porque tenía un primo que la quería violar, y aseguró que Salvadora M. también le rogó que fuera con ellas. Accedió porque él tenía "el corazón bueno".

El primer día se llevó a la niña a conocer a su madre, Ana C., y a su hijo en su piso del barrio barcelonés de La Mina, donde durmieron una noche sin que ocurriera nada y la mujer comprobó que la menor no era virgen como ésta aseguraba.

Al día siguiente, Óscar C.G. se fue con su hijo y con la chica a Montcada y mantuvo relaciones sexuales "consentidas" con la joven, quien en un principio se resistía. Por eso, habló con Salvadora M., quien, según el acusado, se acercó a su hija y le bajó los pantalones para que tuvieran relaciones sexuales.

Como no tenía dinero para comprar preservativos y "tener un hijo es una responsabilidad muy grande", el acusado llevó a la niña al CAP, acompañados de Salvadora M. y los dos niños, para pedir la píldora poscoital y pidió que no hablaran de él con la doctora para no tener problemas.

El imputado reconoció haber roto la tarjeta SIM del móvil de la chica porque ésta "estaba jugando" con él y con otro, pero negó haberlas retenido en el domicilio contra su voluntad ni haberla violado. "Jamás en la vida", respondió a las preguntas de su abogado, quien insinuó que la víctima y su familia habían pedido a su cliente 25.000 euros a cambio de retirar la denuncia.