Publicado 15/10/2018 18:18

La ayuda al desarrollo no frena las migraciones sino que las aumenta, según un informe de la FAO

La ayuda al desarrollo no frena las migraciones y puede aumentarla, según un inf
FAO

   Los autores del estudio defienden que la migración debe ser "una opción, no una necesidad"

   MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

   La ayuda al desarrollo no frena las migraciones y puede aumentarla, según se desprende de un nuevo informe sobre la migración presentado este lunes 15 de octubre por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) el que se analizan los vínculos entre la agricultura, la migración y el cambio climático, así como la relación entre la migración rural e internacional.

   En el documento, los autores instan a elaborar políticas que no limiten o aceleren la migración, sino que maximicen la contribución de la migración rural al desarrollo económico y social de cada país al entender este fenómeno como "una opción y no una necesidad". El desarrollo lleva con frecuencia a más migración internacional, pero no a menos, inciden.

   Así, aseguran que la migración no es una opción para los más pobres de los pobres, que no pueden pagar su elevado coste financiero. Además, puede resultar perjudicial para las familias y las comunidades de origen, sobre todo cuando son los más jóvenes y mejor formados quienes se van.

   Según los autores del estudio, los donantes internacionales y los responsables de las políticas invierten a menudo en cuestiones de desarrollo económico en un intento por detener los flujos migratorios aunque las diferentes formas de inversión pueden influir en las decisiones de los ciudadanos de un país sobre si migrar o no.

   A modo de ejemplo señalan que mejorar infraestructuras y servicios en ciudades pequeñas, pueblos y áreas rurales circundantes puede mejorar los vínculos entre las comunidades rurales y brindar más oportunidades para que las personas se asienten ya que, cuando la población rural se siente atraída por las condiciones de vida más prósperas de los centros urbanos, las inversiones en educación rural, sanidad y comunicaciones pueden frenar la migración hacia ciudades de mayor tamaño.

   Por otro lado, consideran que las políticas sobre migración, agricultura y desarrollo rural deben ser coherentes para garantizar una migración "segura, ordenada y regular". Además, piden esfuerzos para ayudar a las comunidades a soportar mejor las crisis y no verse obligadas a desplazarse.

   "No podemos ignorar los desafíos y los costes asociados a la migración", indica el director general de la FAO, José Graziano da Silva, en el prólogo del informe. "El objetivo debe ser lograr que la migración sea una opción, no una necesidad, y maximizar los impactos positivos, al tiempo que se minimizan los negativos", añade.

   "En muchas situaciones, tiene sentido facilitar la migración y ayudar a los futuros migrantes a superar las limitaciones a las que podrían enfrentarse, permitiéndoles aprovechar las oportunidades que ofrece la migración. Al mismo tiempo, también hay que ofrecer oportunidades alternativas atractivas a los futuros migrantes rurales, entre otras vías promoviendo el desarrollo de las áreas rurales o las zonas vecinas" añade.

   El documento subraya que la migración interna es un fenómeno de mucha mayor envergadura que el originado por las migraciones internacionales y cifra en 1.000 millones el número de personas que se han desplazado internamente, en su mayoría, en países en desarrollo.

   En este sentido, el estudio precisa que la migración entre países en desarrollo es ligeramente mayor que la de países en desarrollo a países desarrollados, mientras que en los países de bajos ingresos, los migrantes internos tienen cinco veces más probabilidades de migrar a nivel internacional que las personas que no se desplazan.

¿QUÉ IMPLICA LA MIGRACIÓN?

   Para los autores del informe, la migración puede significar para los ciudadanos ingresos más altos, acceso a mejores servicios sociales y mejores medios de vida, educación y nutrición, al tiempo que apuestan por la migración rural como elemento esencial de desarrollo económico y social, tanto para los países de destino como para los de origen.

   A su juicio, la migración puede mejorar el desarrollo de los países de origen (a través de las remesas que envían los migrantes) y puede contribuir al desarrollo económico y social general de las sociedades a través de nuevos recursos productivos, competencias e ideas. En este punto, recuerdan que en muchos países de ingresos altos, la agricultura y las áreas rurales solo son económicamente viables en la medida en que haya disponible mano de obra inmigrante.

   En sus recomendaciones, los autores del informe consideran que los países con una dinámica de desarrollo deberían centrarse en promover oportunidades de empleo en las cadenas de valor agrícolas para dar trabajo a las comunidades rurales cercanas a donde viven, mientras que en los países donde escasea el empleo juvenil ven esencial crear oportunidades de empleo decente dentro y fuera de la agricultura en las áreas rurales y, al mismo tiempo, facilitar la migración ordenada.

   En el caso de los países en un nivel intermedio de desarrollo, afirman que deben priorizar la conectividad rural-urbana para incrementar las oportunidades económicas y reducir la "migración de supervivencia" desde las áreas rurales, mientras que los países de destino (incluidos aquellos más demandados), deben abordar los problemas planteados por la integración inadecuada de los migrantes.

   Respecto a las crisis prolongadas (donde la población se ha visto obligada a huir), abogan por estrategias que integren enfoques humanitarios y de desarrollo para apoyar la autosuficiencia y la resiliencia, tanto de las comunidades desplazadas como de las de acogida.

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