Actualizado 14/04/2010 15:14

Los espacios protegidos deben ser espejo del resto del territorio para salir de la crisis, según biológo Miguel Delibes

Suárez Japón anima a "redactar una ley sin complejos" para defender los intereses comunes de la población de hoy y del futuro


SEVILLA, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

El biólogo Miguel Delibes afirmó hoy que el modelo de gestión de los espacios naturales protegidos es el "espejo" en el que deben de mirarse el resto de territorios para salir de la crisis económica y social actual, ya que, según dijo, estas zonas protegidas "han sufrido menos la crisis que otros parajes que habían apostado por otras formas de desarrollo".

Delibes, quien participó hoy en el seminario internacional 'El Desafío de la Gestión de los Espacios Naturales de Andalucía en un mundo cambiante' que se clausura hoy en Sevilla, confesó que tiene una visión "desanimada" sobre el medio ambiente, ya que no esperaba que la "crisis económica y social tuviera tal potencia destructiva de la conciencia medio ambiental de la sociedad".

"Pensaba que el reconocimiento de los valores ambientales era ya una batalla ganada, pero veo que la crisis justifica casi cualquier actuación y que prácticamente hay que empezar otra vez a concienciar a la sociedad", señaló.

Frente a ello, el investigador del CSIC destacó que los espacios naturales protegidos "no son herencias que salvamos del pasado, sino promesas del futuro" y aseguró que las poblaciones que se inscriben en ellos o en su entorno "se enriquecen". Por ello, apuntó que para salir de la crisis actual "no hay que rebajar la categoría de protección de las espacios naturales, sino más bien al revés, extender su modelo de gestión al resto del territorio".

En este sentido, se refirió a un estudio publicado en la revista 'Science' realizado en 306 espacios naturales protegidos de 45 países de África y América del Sur que revela que la población humana tiende a concentrarse en las próximas de los espacios naturales porque encuentra "más recursos" relacionados con el agua, suelos más productivos o posibilidades de trabajo.

No obstante, advirtió de que cuánto más atractiva es una zona, más concentración humana atrae, lo que a su vez acelera su degradación y señaló que ante este conflicto las administraciones "tienen la obligación de resistir y garantizar su protección, pero sin llegar a ser déspotas".

Pero no sólo defendió su conservación por el aprovechamiento de sus recursos, sino también por la posibilidad que ofrecen al ser humano de recrearse en su belleza, algo fundamental para conservar el equilibrio emocional. "Lo que nos gusta, nos gusta porque lo necesitamos", insistió.

En el caso concreto de Andalucía, Delibes resaltó los beneficios que ha generado durante estos últimos 20 años la primera ley de espacios naturales de Andalucía, algo "especialmente visible" en época de crisis. En este sentido, dijo que los espacios protegidos "han sufrido menos la crisis que otros parajes que había apostado por otras formas de desarrollo", a lo que añadió que la "mayoría de los casos de corrupción en España se han dado en áreas fuera de las zonas protegidas", ya que se tratan de municipios "más estructurados y vigilados".

No obstante, lamentó que hay un déficit de investigación social y económica ajena a la administración para comprobar si la gestión de los espacios naturales andaluces ha producido el desarrollo sostenible del entorno, lo que hace que "nos guiemos más por intuiciones que por datos", algo que ocurre incluso en el Espacio Natural de Doñana "a pesar de la inversión tan importante que se ha hecho en el marco del I Plan de Desarrollo Sostenible de Doñana".

Por otro lado, insistió en escindir la faceta social de los propios ecosistemas huyendo del concepto de 'socioecosistema'. Así, afirmó que el sistema tierra "no ha cambiado tanto en los últimos tiempos, al contrario de lo que ha ocurrido con la sociedad humana".

"El sistema tierra es el mismo, somos los humanos los que cada vez somos más y le exigimos más", abundó, recordando que el cambio global ha sido provocado por el ser humano y, por lo tanto, somos nosotros los que "tenemos que ponernos límites".

REDEFINICIÓN DE LAS JUNTAS RECTORAS

Por su parte, el rector de la UNIA y presidente del Comité Andaluz de Reservas de la Biosfera, Juan Manuel Suárez Japón, reivindicó la necesidad de que los poderes públicos intervengan en la protección de los espacios naturales para garantizar el bien común frente a la fuerza del mercado. Así, animó a "redactar una ley sin complejos" para defender los intereses comunes de la población de hoy y del futuro.

Asimismo, apostó por que la futura ley de gestión de los espacios naturales sea de carácter "integral" y resalta la transversalidad del medio ambiente e indicó que "gran parte de la resistencia a los avances en este ámbito son internas y tienen más que ver con la preservación casi corporativista que se hace desde la Administración en defensa de lo que consideran sus competencias que en la propia sociedad, que lo que quiere es "que se solucionen sus problemas sin importarle quien lo haga".

Además, reclamó que la ley haga un hueco para que el paisaje sea una figura protegida legalmente en el territorio andaluz, porque puede ser un instrumento "valioso" para trascender las fronteras de los espacios protegidos e ir a modelos regionales de mayor escala.

Suárez Japón consideró que la nueva normativa debe de dar un "repaso" a la gobernanza, y, en este sentido, aconsejó hacer una relectura del papel de las Juntas Rectoras de los espacios naturales reforzando el papel de las autoridades municipales en un momento como el actual en el que se debaten leyes sobre el funcionamiento de la administración local.

Incluso, propuso incentivar líneas de ayudas a los municipios que se inscriben dentro o en los límites de los espacios protegidos para compensar su labor de conservación y las oportunidades de desarrollo que por ello puedan perder.