Vertido tóxico de aluminio en Hungría
BERNADETT SZABO / REUTERS


MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

La organizaciones Greenpeace y Ecologistas en Acción han asegurado que en España existen cientos de balsas similares a la que ha provocado el vertido de "barro rojo tóxico" en Hungría, al tiempo que han lamentado las cuatro víctimas mortales de la catástrofe producida el pasado lunes.

En esta línea, Greenpeace recuerda que, además de Aznalcóllar, en los últimos años la organización ecologista ha denunciado el peligro que suponen explotaciones como son la mina de Las Cruces en Sevilla, Cerro Colorado y Aguzaderas en la comarca de Río Tinto, Aguas Blancas en Badajoz o algunas de las balsas de estériles de la industria minera del oro en Asturias.

"Desgraciadamente, este tipo de accidentes siguen produciéndose, a pesar de las advertencias de los grupos ecologistas que exigen un mayor control de estas instalaciones --ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace--. Tras la rotura de una de estas balsas, las consecuencias son siempre trágicas. Y, como hemos visto en Hungría, ha costado la vida de varias personas".

Por su parte, el responsable de Minas y Canteras de la organización Ecologistas en Acción en Sevilla, Isidoro Albarreal, ha advertido, en declaraciones a Europa Press, del riesgo de derrumbe en los próximos años en la balsa de residuos tóxicos de la Mina de las Cruces (Sevilla) como consecuencia de la inestabilidad del material con que está construida, las 'margas azules del Guadalquivir', por las condiciones de sol y humedad de la zona.

En este sentido, ha criticado que, en un principio, la balsa iba a albergar residuos secos y que esa era la condición que se puso para aprobar su construcción, pero, en su opinión, "no están consiguiendo que sea así", ya que, debido a la humedad, las sustancias son barro. "Creemos que van a acabar convirtiéndose en lodo como en Aznalcóllar y no está preparada para albergar sustancias tan húmedas", ha explicado.

Finalmente, la responsable del Programa de Aguas de WWF, Eva Hernández, ha dicho a Europa Press que el mayor riesgo está en las minas y en las balsas abandonadas y no restauradas y que, según un informe de 1999, había casi 800 balsas en España.

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