Actualizado 02/02/2009 16:16

Incendios.- Asturias, Cantabria, CyL y Galicia, regiones más afectadas por el fuego en 2008

Medio Ambiente atribuye el descenso de los siniestros en toda España a condiciones naturales y al esfuerzo en prevención


MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -

Las comunidades autónomas del cuadrante noroeste español fueron las más afectadas por el fuego durante 2008, que se confirma como el mejor año del decenio en materia de incendios forestales. Así, la región más afectada fue el Principado de Asturias, seguida por Cantabria, Castilla y León y Galicia. Por el contrario, las menos afectadas por el fuego fueron Ceuta y Melilla, Baleares, Cataluña y Extremadura.

Según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino a los que ha tenido acceso Europa Press, la comunidad autónoma más afectada por el fuego fue el Principado de Asturias, donde resultó afectada el 0,683 por ciento de su superficie, que equivalente a 4.555 hectáreas, quemadas en 1.132 incendios (más de 1 hectárea) y 835 conatos (menos de una hectárea). En segundo lugar, por territorio afectado se sitúa Cantabria, donde el fuego afectó al 0,653 por ciento del terreno, que equivale a 2.026 hectáreas, que ardieron en 31 conatos y 176 incendios.

Por su parte, Castilla y León es la comunidad autónoma con mayor número de hectáreas arrasadas, aunque por su extensión, el fuego afectó al 0,338 por ciento de su territorio, en 1.010 conatos y 986 incendios. También Galicia fue de las más perjudicadas por las llamas en 2008, al quemarse el 0,308 por ciento del territorio en 711 incendios y 1.853 conatos.

En el lado contrario, Melilla no registró ningún fuego ni conato y Ceuta, tan solo un incendio, que quemó 2,10 hectáreas, es decir el 0,157 por ciento del terreno. En Baleares, en 4 incendios y 117 contados se quemaron un total de 24,62 hectáreas, mientras que en Cataluña ardieron 417 hectáreas en 53 incendios y 380 contados, que supusieron el 0,026 por ciento de su territorio.

Así, a fecha de 31 de diciembre de 2008, en toda España se quemaron un total de 40.977,46 hectáreas, es decir el 0,154 por ciento de la superficie del país. Este dato es incluso menor que la mitad que las hectáreas forestales que ardieron en 2007 a causa del fuego (86.112,53 hectáreas) y casi un 70 por ciento menos que la media de la década (131.774,54).

Igualmente, el periodo comprendido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2008 destaca por el bajo número de grandes incendios (más de 500 hectáreas), siendo 31 la media del decenio. Más de la mitad de los fuegos, el 51,4 por ciento, se localizaron en el noroeste del país.

8.193 FUEGOS MENOS

Aunque en el pasado año se registraron 11.612 siniestros, 680 más que en 2007 (10.932 siniestros), la cifra queda lejos de la media de la última década, que se situó en 19.705 siniestros, es decir 8.193 sucesos menos.

En definitiva, los datos confirman que el ejercicio anterior fue el mejor en lo que va de siglo y también de los últimos diez años en lo que a siniestros de este tipo se refiere. Por el contrario, el peor año de la década en esta materia fue 2005, con 155.362,83 hectáreas (0,73 por ciento del territorio); seguido de cerca por el año 2000, cuando ardieron un total de 188.585,72 hectáreas (0,72 por ciento). Para encontrar la segunda cifra más baja, después de 2008, hay que remontarse a 1999, cuando se quemaron 82.217,37 hectáreas, prácticamente el doble que el año pasado y una cifra similar a 2007, que fue el tercer año más benigno para los bosques.

El ministerio señala que estos resultados "altamente significativos" se deben, entre otras razones, a las condiciones naturales, puesto que tras de un invierno muy seco, la primavera registró precipitaciones por encima de lo normal, acumulándose humedad en el suelo y en la vegetación hasta avanzado el mes de julio. Así, en verano llovió frecuentemente en las regiones del norte y esto dificultó el uso del fuego en esas zonas --donde se utiliza habitualmente a pesar de estar prohibido en épocas de riesgo--, lo que hizo mantener el peligro moderado.

Estas condiciones sumadas a las acciones preventivas coordinadas entre comunidades autónomas y administración central influyeron en la reducción del número de incendios en el periodo estival. En concreto, el departamento que dirige Elena Espinosa atribuye este éxito en la lucha contra el fuego en el esfuerzo realizado en campañas educativas, al refuerzo de los Equipos de Prevención Integral de Incendios Forestales y a las subvenciones a las comunidades autónomas para la selvicultura preventiva.

Finalmente, Medio Ambiente subraya las acciones disuasorias de vigilancia que realizan Guardia Civil, Guardas forestal y medioambiental de las comunidades autónomas, y a la coordinación en algunas zonas con la Policía Municipal, Nacional y Autonómicas.