MANILA, 25 Nov. (Reuters/EP) -
La ONU ha instado este jueves a los gobiernos de los países asiáticos a invertir más dinero en medidas para reducir el riesgo de desastres naturales y así contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que hacen referencia a la disminución de la pobreza y a la mejora del acceso a la sanidad y a la educación.
En 2009, Asia concentró en torno al 40 por ciento de los más de 330 desastres naturales que se produjeron en el mundo y el 89 por ciento de las víctimas, según el Centro para la Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres.
De acuerdo con los datos de este organismo, en la década de los años 60 el coste de los daños ocasionados por los desastres ocurridos en todo el mundo fue de 75.500 millones de dólares, mientras que en la última década alcanzó el billón de dólares. Además, el 85 por ciento de las personas que viven en países en vías de desarrollo están expuestas a terremotos, tifones, inundaciones y sequías.
La representante especial del secretario general de la ONU para la reducción del riesgo de desastres, Margareta Wahlstrom, ha afirmado en un encuentro de parlamentarios asiáticos que ha comenzado este jueves en Manila y que trata sobre ese tema que los gobiernos tienen que destinar al menos el 1 por ciento de sus presupuestos a reducir el riesgo de desastres.
Al llevar a cabo proyectos con ese fin, "se contribuirá a reducir la pobreza garantizando que las propiedades de la gente no quedarán destruidas durante los desastres, especialmente en países donde la cobertura de los seguros es escasa", ha destacado Wahlstrom, que ha precisado que esa cobertura es insuficiente en, aproximadamente, el 70 por ciento de los países.
"Si queremos alcanzar los ODM para los que los gobiernos han destinado parte de sus presupuestos, a lo mejor deberíamos plantearnos incrementar los fondos destinados a la reducción del riesgo de desastres, porque si no no podréis lograr esas metas", ha advertido.
Whalstrom ha explicado que se pueden tomar medidas como, por ejemplo, construir colegios, hospitales y otras infraestructuras más seguras y más resistentes frente a los desastres o mejorar las capacidades de la sanidad pública para responder a situaciones de emergencia.
