Actualizado 03/06/2013 21:27

Un Premio Nobel asegura que la técnica del fracking es segura aunque advierte de que se debe hacer "con mucho cuidado"

VALENCIA, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Premio Nobel de Química en 1995, el mexicano Marino Molina, ha asegurado este lunes que la técnica del 'fracking' o fractura hidráulica para extraer gas o petróleo del subsuelo es segura aunque ha advertido de que se debe hacer "con mucho cuidado". El experto ha precisado que no conoce el "detalle geológico" en España y sí sabe que ha habido manifestaciones de protesta en contra de esta práctica porque a la gente le "preocupa", aunque no dispone de información sobre si esa preocupación "está justificada".

Así lo ha indicado a preguntas de los medios con motivo de su asistencia en Valencia a las deliberaciones de los Premios Rey Jaime I, donde el físico atmosférico mexicano y profesor participa como jurado. Molina ha explicado que en EEUU hay estudios que indican que se pueden adoptar las medidas necesarias para que no haya daños significativos al medio ambiente y ha defendido que merece la pena invertir por parte de las compañías en que no se produzcan daños en el medio ambiente.

El experto ha subrayado que la geología y las fuentes de estos gases "varían mucho", según los datos aplicables en EEUU. Como factores "preocupantes potenciales" ha citado la contaminación de los acuíferos, aunque generalmente están separados, y contaminación por productos químicos y de fugas de metano, que también se pueden "minimizar".

En este sentido, ha apuntado que el consenso de los expertos es que "a reserva de estudiarlo en cada país y cada fuente, sí es un desarrollo importante pero temporal", ya que se trata de obtener un "combustible de transición" porque, en última instancia, el gas también tiene carbono "y habrá que eliminar las emisiones de carbono". "No inmediatamente, pero sí en unas décadas", ha dicho.

PROTOCOLO DE MONTREAL

Preguntado por la situación de la capa de ozono, el experto ha defendido que el protocolo de Montreal --diseñado para proteger la capa de ozono reduciendo la producción de determinadas sustancias-- ha funcionado "muy bien y el problema está resuelto desde hace años". En esta línea, ha destacado la necesidad de "tenerlo presente" porque constituye "el antecedente que hay de que se pueden resolver los problemas ambientales globales del planeta". De hecho, ha subrayado que es "el único ejemplo que hay de que se pueden resolver los problemas reales".

No obstante, ha recalcado que el problema "no se ha resuelto porque los compuestos que se emitieron se eliminan de la atmósfera muy poco a poco" por lo que "hasta mediados del siglo no se recuperará con claridad la capa de ozono". "Lo más importante es que desde 1996 la sociedad ya no produce los compuestos industriales que dañaban la capa del ozono", ha indicado.

Preguntado por cómo debería ser el cambio energético, ha defendido que se acelere desde el punto de vista político y económico a través de un impuesto generalizado a las emisiones de carbono, "importante desde el principio". A su juicio, sería "la única manera sencilla" de reducir el uso de combustibles fósiles. No obstante, ha reconocido que la crisis financiera ha "retrasado" la situación porque, por ejemplo, se tuvo que parar los subsidios a las energías renovables.

Interpelado igualmente por lo que podría suceder si se eleva la temperatura en la tierra, ha indicado que el consenso de los expertos es que el clima es "complicado", aunque donde hay "mayor incertidumbre" en estimar en cuánto aumentaría la temperatura si no responde la sociedad a este problema.

"Hay que analizarlo como un riesgo", ha dicho, para añadir: "a lo mejor no cambia tanto, podría ser hacia tres y cinco grados a finales de siglo si no se hace nada", aunque ha señalado que, si fueran "seis o siete grados sí podría tener impactos realmente muy preocupantes como que desaparezca el Amazonas o impactos muy graves como que suba el nivel del mar metros".

A su juicio, "la sociedad debe aprender a adaptarse pero de ninguna manera debería de aceptarse el no hacer nada, porque ahí el riesgo es enorme". El experto ha indicado que muchos economistas están de acuerdo en que eso "debería dominar las decisiones de la sociedad".